¡¡ La Mascarada del Año !!

Despues del brindis con Klaus y su clara aceptación por el licor que le ofrecía me quede mas tranquila. Ahora solo faltaba saludar a Kayla y a un par de jóvenes humanos. El aroma de una de ellas se me hacia conocido. Quizás hasta peculiar pero, era imposible. Ninguna de mis victimas quedaban con vida.

Luego iría por ellos, la voz de Kay llego a mis oídos. Saludaba a Elena y Stefan, pero ella estaba con Katherine eso era seguro. No tenía tiempo para planes y esquemas nisiquiera para razonar... Solo debia actuar. Si actuar eso estara bien.. actuar. Me sonreí de lado ante mis propios pensamientos.

- Oye, se te olvida algo. - Le dije a Klaus mostrandolé un Free de la barra personalizado como todos los demas. - Diviertance. - Dije mirando a su acompañante y alzando la copa como un saludo.
Giré sobre mis porpios pasos, y me acerqué a Kayla.

- ¡Kayla!, divina que bueno que hayas asistido. - Le dije con una agradable sonrisa mientras la abrazaba de imprevisto. - Creo que tenemos una amiga en común... - Dije a media sonrisa. - Bueno una mas para variar. - Y solté una suave risita. Todo aquello terminaría por agotarme, no tenia dudas. Pero, al menos ya habia vuelto a al lado de Elena y Stefan.

Yo tampoco era lo qu se podia decir una buena jugadora, pero no haría ese tipo de confesiones desde un principio. Quizás le era mas util descubrirlo por si mismo.

- Ahora ya no te dedicas al osio. No se si tomarlo como positivo o que estas enfermo con alguna fiebre extraña y peligrosa. - se escapaba mi risa mientras abría la jugada. - Tampoco le he podido dar mucho tiempo a la diversión en estos años. - eso era verdad, habia malgastado dos hermosos años de mi juventud intentando saber mas y mas sobre los vampiros, los culpables de la muerte de mis padres, y por una pestaña los de mi muerte tambien.

- Pero siendo esta una fiesta y estando vos aca, yo creo que puedo darle una oportunidad a la diversión. - Finalmente ser una chica normal despues de tanto tiempo.

La mirada de Kayla me lo decia todo, de la noche anterior en el cementerio... Vaya ironía, de repente yo estaba del lado contrario de la encrucijada.
Contesté a su mirada con una que dejaba en claro que no hablaría de mas, sobre todo enarcando una ceja con exageracion, y ello solo queria decir que estaba alerta sobre todas las cosas. - Podría hacerlas todos los dias. Bien lo sabes Kay. - Conteste a su comentario finalmente, mientras llevaba la copa a la comisura de mi boca que lucía una sonrisa un poco torcida por la situacion. - Adoro las fiestas, sobre todo las temáticas. - Conservaría el perfil bajo, asique me relajé un poco y me preocupé por ver a la gente que entraba en la fiesta. Dí otro trago, y sonriendo como buena anfitriona me disponía a despedirme momentaneamente... otra vez.

- Los dejaré un momento aun tengo gente a la cual recibir. - Dije acercandomé a la barra y tomando dos gancias batidos de limón.
Esta vez me acerque a las mesas de POOL, donde se encontraban dos jovenes humanos y en los que la muchacha me llamaba especialmente la atención.

- Hola chicos, les dejo un par de bebidas cortesía de la casa. Suaves, pero, deliciosas. Y cuidense, no quiero lios con la Sheriff - Dije medio bromeando, ya que sabía perfectamente de quien estaba hablando, la madre de Caroline, la señora Forbes.

Luego tendría tiempo para urguetear el porque la jovencita se me hacia tan curioseable, pues un nuevo invitado llegaba a la fiesta, y procuré que debía presentarme como lo bien enseñada que habia sido quien sabe cuantos años habian sido. Caminé hacia el caballero, y le saludé con amabilidad. - Buenas noches, mi nombre es Charlotte Rousseau, y soy la dueña del local. Le doy la bienvenida y cualquier inquietud puede comentarmela. - Extendí mi mano mientras me presentaba, como protocolarmente era correcto, aunque la educacion por aquellos dias fuese menospreciada.

Me encontraba conversando con el joven Cameron, que al parecer habia vuelto a Mystic Fall's algo que me sería muy util para continuar con mi investigación sobre, que pasa aquí. Cuando una brisa que jugueteo con mis cabellos me trajo el edor de Katherine. Fruncí el entrecejo pero sin borrar mi sonrisa de amabilidad. Voltee levemente el rostro y pude notar como se dirigía hacia mis protegidos. Mala idea.

- Caballero Cameron, realmente tengo una velada ocupada. Espero poder volver cruzar palabra con usted en lo que canta un gallo. - Dije con el buen humor que me identificaba junto con la fiesta, pero no podia ser de otra forma aunque hubiera querido. Respiré profundo y proseguí. - Pero, realmente tengo que seguir con manos en la obra, sería muy agradable que vuelvas a pasar por mi local alguna de estas noches cuando este todo mas... Relajado. - Opté por utilizar, ya que era verdad, ahora los cables estaban que pelaban, ¿O eran solo los mio?.
Me alejé alzando mi copa hacia el joven Selling, y me retire caminando hacia atras algunos pasos para girar y retomar estos pero mas apresurados.

Me encontraba a espaldas de Klaus, con el cual choqué el hombro. - Ponle correa a tu gata. - Dije entre dientes, sabía que podía escucharme perfectamente, todo aquello que había ahogado durante años se había incrementado y se escapaba a presión por cada poro de mi piel.
Mis ojos se rodeaban de venillas, y mi rostro oculto tras la mascara era simplemente demoniaco, lo sabia perfectamente. La sangre en mi cabeza no me permitía razonar de una manera diplomática... Pero, mi amenaza y reto iban directamente a la vampireza. Aun mayor que la que habia emitido en mi casa durante la velada de Klaus. Pues este era mi territorio y ella no era bienvenida en el

Me detuve tras esta última, emanando una ola de poder directo a la nuca de esta. - Bajo mi techo, mis reglas. - Susurré con una voz tenebrosa, seca... gélida, lasiva como las uñas en una pizzarra. Nada iba a ocurrir mientras estuviera bajo mi responsabilidad.

La voz de Klaus llegaba a mis oidos como una cantarina cancion de cuna, pero lo ultimo que hacía era relajarme. Pues, que si no le gustaba que me matara, pero ninguna chiruza vendría a mi local a formar estragos. Que se fuera por ahi sabe quien donde hacer sus cosas, pero por los terrenos que mis pies pisaban y pertenecían.

Me mantuve firme, sin siquiera mover un pelo ante las palabras de Klaus, sabía exactamente a que me enfrentaba si acaso el siquiera decidía soplar para detener la pelea. Lo que dudo que hiciera, solamente se encargaria de hechar mas leña a este fuego. No solamente venida de demostración... Haría uso y deshuso de mi poder si acaso lo haya completamente necesario. Y... ¿Saben algo?, lo encontraba necesario.

Podía volver a mis andanzas de asesina sanguinaria cuando a mi se me diese la gana, y empezar por ese intento de vampiro que tenía en frente. Mas poco me importaba si tenía que arrancarle la cabeza frente a todos. No, ya nada me importaba.

Mi actitud seguia siendo lasiva, algo tramaba la vampireza que tenía enfrente... Esta sabía perfectamente que si por velocidad y fuerza se hablaba, tenía los siglos a favor. Tal vez en una tentativa podría arrancarle la cabeza antes de que Klaus clavara una estaca en mi pecho. Un reto bastante llamativo, este lado de mi adoraba los retos, el peligro y la pelea. Adoraba tanto pelear como beber sangre, una combinacion que no se dejaba pasar tan rápido.

Respiré profundo y finalmente tenía inteciones de relajarme pero, no de quitarla de mi lista negra. Por aquel momento, mi personalidad se sobreexponía de una forma impresionante, como si cada una de mis facetas pudiera elevarce al cubo. Tres veces mas peligrosa, tres veces mas sanguinaria, tres veces mas desinteresada, tres veces mas de lo que yo misma podía ser... Tres veces mas intenza.

Relajé mis manos que casi estaban convertidas en garras, esperando el dichoso momento de clavarse en la carne y desgarrar sin piedad alguna. Mi cuerpo se torno incluso mas relajado, pero mi amenaza hacia la nuca de risitos de chocolate no cedía ni un paso. Volví sobre mis pasos, y miré fijamente a Klaus. Como no había podido adivinar que se traía con semejantes pulgas, una razón interesante para desconfiar de el a pesar de la magnifica velada que había podido pasar con el hacia solamente algunas noches. Me senté frente a este, mirando fijamente a la vampiresa clon de Elena, o vicebersa.

Uno de los camareros se me acercó para ofrecerme un trago. - Algo fuerte. - Le dije mientras apartaba la mirada de la vampiro. - Inventate algo ¿quieres?. - Estaba realmente molesta, volví la mirada a un costado y me encontre con los ojos de Klaus. Lo miré lasivamente, como se podía mirar a un enemigo cualquiera y le desvié la mirada para posarla nuevamente sobre la que ya concideraba mi nuevo objetivo y presa; Katherine.

Teniendo entonces al acompañante de la vieja velada a mi lado, sentía esa extraña atracción, como si fuere un imán. Crecía en mi piel el deseo desenfrenado por besar aquel ser que resultaba ser una moneda con dos caras distintas, conviniendo que todas tenían dos caras, pero como las suyas ninguna. Aún así, mis objetivos estaban por sobre cualquier otra cosa que deseara... No me iria con Klaus a ningún lado y menos aún sabiendo que todo podría ser toda una trama para sacar a Elena del medio. Pero, mientras yo siguiera viva Elena estaría en medio ostigando el presente y futuro de Katherine, incluyendo si se me ocurria transformarla.

Aquellos ultimos pensamientos, lograron sacar en mi rostro una sonrísa caótica, una sonrisa que demostraba que estaba acomodando todas mis cartas y acomodando los ases bajo las mangas. Si jugar me gustaba, ostigar era uno de mis hobbies.

Giré a mirar nuevamente a Klaus, sabía que estaba logrando distraerme, pero mientras mis ojos lo miraban, mis oídos y el resto de mis sentidos estaban unos pasos mas alla, como si trazara un campo magnético en el que aunque no viera, podía saber exactamente donde estaba cada esencia con una exactitud casi de un aguila.

- Mira Klaus. - Hablé con un temperamento controlado y quitandome la mascara, para mí la fiesta se habia terminado y sabia exactamente donde estaba cada pieza del tablero. - Que esto deje en clara la linea que nos separa. - Me sonreí con superioridad, mis ojos aun estaban teñidos de rojo pero, nada fuera de lo que podría conciderarce anormal... Mi sonrisa luego de un momento, y para cuando llego el trago invento del barman, se volvió sarcástica.

- ¿Recuerdas cuando te dije que no me importaba morir?... - Bebi del trago, era fuerte, aguardiente. Revolee los ojos, ¿no podia traer algo mejor?... Me sonrei sin ganas, casi por obligacion y me acerqué peligrosamente al rostro de Klaus, poseíamos ya la suficiente confianza como para que yo hiciera todo ello y aun mas. - Por pasión... Mis objetivos, son pasiones Klaus. Y no tengo nada que perder cuando tengo uno de ellos aqui.. - Coloco mi dedo indice entre mi ceja.

- Se de que lado estas, ni de ella ni del mio. Solo del tuyo... Para donde mejor te convenga, y te divierta. Pero, no soy parte de tu circo... - Pausé sonriendomé autosuficiente por todas aquellas palabras y me enderecé bebiendo un trago nuevamente.

- Se perfectamente no soy competencia para ti, ni en lo mas minimo. - Digo luciendo una sonrisa que delataba ampliamente que hablaba con siinceridad, pero que me importaba un bledo. - Pero, tengo la suficiente convicción para no rogarte por mi existencia. Supongo que ya lo debes de saber. - Lo miré, y aunque mi rostro demostraba cierta dureza hacia él, mis ojos delataban algo mas, quizás cierta debilidad por él a la cual me estaba defendiendo muy bien y a paso firme, esta soy yo este mi mundo... Y yo pongo las reglas.