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De regreso [Klaus]
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Yo No Soy Katherine :: Mystic-Falls :: Exteriores :: Bosque :: Char's Home.
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De regreso [Klaus]
La vuelta a casa esta vez se había vuelto mas corta de lo que normalmente era. Quería averiguar mas de él y al mismo tiempo sabía perfectamente que jugaba con fuego. Pero, me gustaban los peligros.
La caminata estuvo llena de charlas insustanciales, almenos de las que a mi realmente me interesaba saber. Por ejemplo, lo beneficiosa que era la luz de la luna para la belleza sobre natural de la raza, sobre la caza y mi deporte favorito: La caza furtiva. Y esta vez no hablaba de animales en peligro de extinción, para nada... Todo giraba en torno de vampiros.
Ya poco nos faltaba, podía sentir el aroma peculiar de las flores que estaban en el jardín y de los robles que rodeaban mi casa. Hasta que mis ojos finalmente hicieron contacto con la huella que era el anuncio de entrada a mi casa. Es decir, si no te invitaba era algo dificil saber donde estaba exactamente ya que una buena ilera de frondosos robles cubrian por completo la entrada y el resto del cierre perimetral.
Me apuré un poco girando juguetonamente, lo tome de la muñeca para apurar su paso tambien. A veces era así; impulsiva, energica y alegre. Y otras... En otras ocaciones era mejor no encontrarme. - Ven hacer algo de ejercicio si no se te trabaran los huesos. - Dije con gracia y sin intenciones de ofender, eso quedaba claro.
Llegué frente al portón de madera, bastante trabajado pero, no era antiguo... Mas bien pintaba por moderno y se alzaba en medio de las columnas de hormigón, de color a concreto natural y salpicado. Una convianacion entre rústico y moderno bastante interesante. - Me da algo de vergüenza en donde vivo ahora. - Comenté mientras despues que el pasara cerraba nuevamente el portón. - No es a lo que estoy acostumbrada, a la decoración victoriana... Y.- Pausé todo eso, para mi no tenía tanto lujo como acostumbraba pero, que le podía pedir a Mystic Fall's.
- No son los lujos de Francia... - terminando de exponer mis pensamientos.
La caminata estuvo llena de charlas insustanciales, almenos de las que a mi realmente me interesaba saber. Por ejemplo, lo beneficiosa que era la luz de la luna para la belleza sobre natural de la raza, sobre la caza y mi deporte favorito: La caza furtiva. Y esta vez no hablaba de animales en peligro de extinción, para nada... Todo giraba en torno de vampiros.
Ya poco nos faltaba, podía sentir el aroma peculiar de las flores que estaban en el jardín y de los robles que rodeaban mi casa. Hasta que mis ojos finalmente hicieron contacto con la huella que era el anuncio de entrada a mi casa. Es decir, si no te invitaba era algo dificil saber donde estaba exactamente ya que una buena ilera de frondosos robles cubrian por completo la entrada y el resto del cierre perimetral.
Me apuré un poco girando juguetonamente, lo tome de la muñeca para apurar su paso tambien. A veces era así; impulsiva, energica y alegre. Y otras... En otras ocaciones era mejor no encontrarme. - Ven hacer algo de ejercicio si no se te trabaran los huesos. - Dije con gracia y sin intenciones de ofender, eso quedaba claro.
Llegué frente al portón de madera, bastante trabajado pero, no era antiguo... Mas bien pintaba por moderno y se alzaba en medio de las columnas de hormigón, de color a concreto natural y salpicado. Una convianacion entre rústico y moderno bastante interesante. - Me da algo de vergüenza en donde vivo ahora. - Comenté mientras despues que el pasara cerraba nuevamente el portón. - No es a lo que estoy acostumbrada, a la decoración victoriana... Y.- Pausé todo eso, para mi no tenía tanto lujo como acostumbraba pero, que le podía pedir a Mystic Fall's.
- No son los lujos de Francia... - terminando de exponer mis pensamientos.
Charlotte Rousseau- Poseedor de Talismán
- Mensajes : 217
Localización : Mystic Falls
Re: De regreso [Klaus]
Pequeños retazos de conversación fue lo que mantuvimos durante todo el trayecto. Calmado, refrescante y natural nada más que la luz tenue de la luna sobre el cielo un satelite espejo, reflector de la luz matutina pero sin lugar a dudas de mucha más belleza que el llamado astro rey.
Aun esas pequeñas conversaciones me decia un poco más de ella, lo que le agradaba y lo que más que agradarle podia resultarle exitante, encontre varias coincidencias con mi propia personalidad e incluso me formule la pregunta de los millones de dolares ¿Me descubriria ante ella? Y la respuesta era sí. No me perderia aquella impresión de su rostro y mejor aun la respuesta caotica al descubrir la frustrante verdad.
El sendero no era un diseño labrado en piedras de rio, mucho menos era un pasillo de flores de jardin y pequeñas linternas bajo tierra. Era natural, un camino de robles de gran altura pronto una cadena de palabras se fue armando en mi mente robles blancos, Mystic Falls, años de antiguedad... fresno blanco.
Estaba muy encimismado en mis pensamientos sobre los alrededores por lo tanto su toque con mi muñeca me tomo un tanto desprevenido haciendome sonreir de manera natural.
Es acogedor argumente tras vaciar la mirada sobre cuanto tuve frente a mi, cada detalle en los muebles, el color de los mismos el cual curiosamente era en su mayoria blanco.
No podrias armar una noche de pijamas y saltar sobre una cama del siglo XV enarque una ceja con una sonrisa burlesca Eso me hace pensar en nosotros pause un momento para seguir mirando y analizando sus palabras
Tener una casa propia de nuestras costumbres seria muy llamativo e incluso resultaria molesto a la vista, no encajariamos dentro de los estereotipos del pueblo. Lo que me hace pensar que debo aparentar unos treinta sonreí de lado bajando un poco las cejas Debo cambiar yo tambien y por primera vez en la noche una corta carcajada salio de mi garganta.
Aun esas pequeñas conversaciones me decia un poco más de ella, lo que le agradaba y lo que más que agradarle podia resultarle exitante, encontre varias coincidencias con mi propia personalidad e incluso me formule la pregunta de los millones de dolares ¿Me descubriria ante ella? Y la respuesta era sí. No me perderia aquella impresión de su rostro y mejor aun la respuesta caotica al descubrir la frustrante verdad.
El sendero no era un diseño labrado en piedras de rio, mucho menos era un pasillo de flores de jardin y pequeñas linternas bajo tierra. Era natural, un camino de robles de gran altura pronto una cadena de palabras se fue armando en mi mente robles blancos, Mystic Falls, años de antiguedad... fresno blanco.
Estaba muy encimismado en mis pensamientos sobre los alrededores por lo tanto su toque con mi muñeca me tomo un tanto desprevenido haciendome sonreir de manera natural.
Es acogedor argumente tras vaciar la mirada sobre cuanto tuve frente a mi, cada detalle en los muebles, el color de los mismos el cual curiosamente era en su mayoria blanco.
No podrias armar una noche de pijamas y saltar sobre una cama del siglo XV enarque una ceja con una sonrisa burlesca Eso me hace pensar en nosotros pause un momento para seguir mirando y analizando sus palabras
Tener una casa propia de nuestras costumbres seria muy llamativo e incluso resultaria molesto a la vista, no encajariamos dentro de los estereotipos del pueblo. Lo que me hace pensar que debo aparentar unos treinta sonreí de lado bajando un poco las cejas Debo cambiar yo tambien y por primera vez en la noche una corta carcajada salio de mi garganta.
Klaus- Mensajes : 86
Re: De regreso [Klaus]
Me agrado saber que le agradaba mi casa, aunque a mi no me agradaba mi propia casa pero, ni modo... Era lo que había. - Adoro la ornamentación, se me da algo natural. - Me sonreí de lado mientras abría la puerta como si de una simple humana se tratara, a veces gustaba de hacer cosas cotidianas, aunque bien podría abrirla sin siquiera tocarla. Le dí lugar para pasar.
Comento algo asi sobre pijamadas, saltar sobre la cama... Siglo XV. Me parecia raro, pero me encogí de hombros y compartí con el la carcajada. - Bueno sería considerada la "gotica" del pueblo si tuviera una adorable mansión exquicitamente adornada con muebles que realmente valen en precio. - Lo miré, había hecho una broma sobre si mismo, eso era sorprendente, asentí mordisqueandomé un poco el labio. - Te ves bien para tener treinta. - Largué una risa con aquel comentario y rolee los ojos un poco con ingenuidad y otro poco con algo de pena por lo que acababa de decir. - Solo tendrías que relajarte un poco, y ser mas... Como explicarte. - Me crucé de brazos y lo miré sonriendomé de lado
- No realmente no te imgino siendo como los hombres de ahora, no me cabe en la cabeza... Y si me disculpas, en mi casa suelo andar descalza. Me hace sentir libre... - Termié por decir mientras me quitaba los tacones. - Pasa, ponte comodo iré a dejar mis zapatos al cuarto y vuelvo en un abrir y cerrar de ojos. - Lo indiqué hasta el pronto living y luego giraba para ir rumbo a mi cuarto tras cerrar la puerta.
- O bien puedes curiosear el resto de la casa como quieras. - Dije girando y volviendo a partir hacia las escaleras.
Comento algo asi sobre pijamadas, saltar sobre la cama... Siglo XV. Me parecia raro, pero me encogí de hombros y compartí con el la carcajada. - Bueno sería considerada la "gotica" del pueblo si tuviera una adorable mansión exquicitamente adornada con muebles que realmente valen en precio. - Lo miré, había hecho una broma sobre si mismo, eso era sorprendente, asentí mordisqueandomé un poco el labio. - Te ves bien para tener treinta. - Largué una risa con aquel comentario y rolee los ojos un poco con ingenuidad y otro poco con algo de pena por lo que acababa de decir. - Solo tendrías que relajarte un poco, y ser mas... Como explicarte. - Me crucé de brazos y lo miré sonriendomé de lado
- No realmente no te imgino siendo como los hombres de ahora, no me cabe en la cabeza... Y si me disculpas, en mi casa suelo andar descalza. Me hace sentir libre... - Termié por decir mientras me quitaba los tacones. - Pasa, ponte comodo iré a dejar mis zapatos al cuarto y vuelvo en un abrir y cerrar de ojos. - Lo indiqué hasta el pronto living y luego giraba para ir rumbo a mi cuarto tras cerrar la puerta.
- O bien puedes curiosear el resto de la casa como quieras. - Dije girando y volviendo a partir hacia las escaleras.
Charlotte Rousseau- Poseedor de Talismán
- Mensajes : 217
Localización : Mystic Falls
Re: De regreso [Klaus]
Curosear era precisamente una de mis debilidades, era un ser sumamente curioso me gustaba ir más allá quizas no al grado de romper mis esquemas como esos modos que me tomaba para hablar e incluso moverme, pero de lo que si estaba complacido era de que podia aprender algo de cualquier situación como ahora. Aunque ahora parecian más lecciones de interiores.
Me traia mucho en la cabeza aquello de cambiar un poco mis habitos y ahora verla a ella tan acomodada fungiendo como una persona real me hacia pensar que seria entretenido montar una puesta en escena similar. Siempre podria comprar algunas baratijas.
Me detuve a mirar unos libros sobre su mesa de centro eran aproximadamente unos cinco a no exagerar, iba a tomarlos cuando preste más atención a lo que vibraba en aquella casa.
Me gire para ver un comedor brillantemente blanco una terraza por donde se colaba el aire nocturno, mismo aire que iba a parar frente a una gran variedad de reservas de vino. Sonrei por encontrar algo que me atraia mucho más De verdad tienes buenos gustos comente con un tono de voz regular, no hacia falta gritar Y yo que pensaba que solo era para apantallar humanos o jovenes vampiros de treinta
Me traia mucho en la cabeza aquello de cambiar un poco mis habitos y ahora verla a ella tan acomodada fungiendo como una persona real me hacia pensar que seria entretenido montar una puesta en escena similar. Siempre podria comprar algunas baratijas.
Me detuve a mirar unos libros sobre su mesa de centro eran aproximadamente unos cinco a no exagerar, iba a tomarlos cuando preste más atención a lo que vibraba en aquella casa.
Me gire para ver un comedor brillantemente blanco una terraza por donde se colaba el aire nocturno, mismo aire que iba a parar frente a una gran variedad de reservas de vino. Sonrei por encontrar algo que me atraia mucho más De verdad tienes buenos gustos comente con un tono de voz regular, no hacia falta gritar Y yo que pensaba que solo era para apantallar humanos o jovenes vampiros de treinta
Klaus- Mensajes : 86
Re: De regreso [Klaus]
Ya en mi cuarto, me tome cierto tiempo ya que escuchaba sus pasos ir y venir por la casa. De verdad era curioso y eso me gustaba. Bajé normalmente las escaleras, ya descalza, procurando no hacer demaciado ruido, no deseaba se sintiera invadido o vigilado, pues no lo hacia. Quizás si quería se sintiera como en su territorio, relajado... aunque seguramente podría sentir mi presencia cerca de él y eso no le dejaría perder la postura. Ciertamente de espaldas, parecia un hombre de negocios, pero... De los importantes, quizás un narcotraficante o algo que tuviese que ver con ilegalidades.
Por otro lado, yo me sentía algo fuera de plano en Mystic Fall's, como si el lugar lograra descargar energias en distintas areas de mi personalidad, una en una... Y las hacia estallar como una carga pesada de dinamita, delatando mis diferentes fasetas con una definición que yo consideraría bastante molesta. Pero, desde que habia llegado al pueblo, no era la misma... Y siendo yo visionaria, bastate avara y egocentrista, me temía que fuera lo que sería capaz de hacer por lo que se me pusiera entre ceja y ceja.
Esfumé mis pensamientos de mi mente, con una facilidad milenaria, era cortar el chorro, o permitir que mi cabeza explotara
Recordé entonces, que habia comentado sobre mi gusto en licores. - Gracias, ya notaras que la verdad es verdad que poseo una facinación especial por la buena bebida, es parte de mi faceta codiciosa, y egocentrista. La tipica mujer con un vaso de alcohol y el mundo bajo sus pies... - Comente aquello como si de una novela de ficcion se tratara, me acerqué un poco mas a su espalda y contemple detenidamente, algo que adoraba de los hombres era la espalda, y no iba a comentarle en voz alta que tenía en buena proporción, lo concideraba fuera de lugar, e inocurrente para la ocacion y los fines de la invitacion. De todas maneras era inevitable que aquellos pensamientos no me hicieran cierta gracia.
Por otro lado, yo me sentía algo fuera de plano en Mystic Fall's, como si el lugar lograra descargar energias en distintas areas de mi personalidad, una en una... Y las hacia estallar como una carga pesada de dinamita, delatando mis diferentes fasetas con una definición que yo consideraría bastante molesta. Pero, desde que habia llegado al pueblo, no era la misma... Y siendo yo visionaria, bastate avara y egocentrista, me temía que fuera lo que sería capaz de hacer por lo que se me pusiera entre ceja y ceja.
Esfumé mis pensamientos de mi mente, con una facilidad milenaria, era cortar el chorro, o permitir que mi cabeza explotara
Recordé entonces, que habia comentado sobre mi gusto en licores. - Gracias, ya notaras que la verdad es verdad que poseo una facinación especial por la buena bebida, es parte de mi faceta codiciosa, y egocentrista. La tipica mujer con un vaso de alcohol y el mundo bajo sus pies... - Comente aquello como si de una novela de ficcion se tratara, me acerqué un poco mas a su espalda y contemple detenidamente, algo que adoraba de los hombres era la espalda, y no iba a comentarle en voz alta que tenía en buena proporción, lo concideraba fuera de lugar, e inocurrente para la ocacion y los fines de la invitacion. De todas maneras era inevitable que aquellos pensamientos no me hicieran cierta gracia.
- Insisto, te ves bien para tener solo treinta. - Fruncí un poco los labios como para dejar en claro que mis palabras eran ciertas. Y aproveche para curiosear que botella miraba en particular. - Toma la que mas te guste, y nos acompañara en la charla. ¿Te parece bien?. - Me senté sobre la mesa cruzandome de piernas y colocando mis manos, como de costumbre, sobre mis rodillas. - Será un honor que elijas la mas costosa, solo por si dudas en elegir. - agregué, ladeando apenas el rostro para observarlo con una media sonrisa de complicidad.
Desvié un momento la vista a los libros sobre la mesa del living. Todos ellos los habia traido de la sección prohibida de la biblioteca, osea: Mi despacho. No importaba demaciado en realidad si habia hojeado aquellos libros, ya que solo contaban de la historia civil de Mystic, y mi diario personal estaba bien enterrado. La historia del pueblo era bastante interesante, aunque aún no llegaba a como había sido que la sangre de Salem habia llegado al pueblo. No obstante, podría ser un buen tema de conversación con aquel buen especimen de vampiro que tenía frente a mi y en lo que llamaba "mi hogar" por los momentos.
Asique ahora, la cuestión era... Primero me erizaba los pelos del cuerpo, sentia un extraño rechazo que me hacia sentir una corriente extraña sobre la piel... y ahora comenzaba a caerme mas que bien... demaciado bien. Char se ve mayorcito como para que se fije en ti. Mis pensamientos eran los menos ocurrentes posibles, pero me arranco una sonrisa que no me pude resistir, y en un intento de fingir, miré hacia afuera. Y por sobre todas las cosas nena, es misterioso, no bajes la guardia. Pensé para mi misma, devolviendo la mirada con mas pasión como si, y a pesar de la gelidez que poseía, se encendiera una hogera que ambientaba la habitación en aquel sentimiento extraño, cosa que quizás por descuidada el podria sentir.
Era un hecho, lo sentiria.
Desvié un momento la vista a los libros sobre la mesa del living. Todos ellos los habia traido de la sección prohibida de la biblioteca, osea: Mi despacho. No importaba demaciado en realidad si habia hojeado aquellos libros, ya que solo contaban de la historia civil de Mystic, y mi diario personal estaba bien enterrado. La historia del pueblo era bastante interesante, aunque aún no llegaba a como había sido que la sangre de Salem habia llegado al pueblo. No obstante, podría ser un buen tema de conversación con aquel buen especimen de vampiro que tenía frente a mi y en lo que llamaba "mi hogar" por los momentos.
Asique ahora, la cuestión era... Primero me erizaba los pelos del cuerpo, sentia un extraño rechazo que me hacia sentir una corriente extraña sobre la piel... y ahora comenzaba a caerme mas que bien... demaciado bien. Char se ve mayorcito como para que se fije en ti. Mis pensamientos eran los menos ocurrentes posibles, pero me arranco una sonrisa que no me pude resistir, y en un intento de fingir, miré hacia afuera. Y por sobre todas las cosas nena, es misterioso, no bajes la guardia. Pensé para mi misma, devolviendo la mirada con mas pasión como si, y a pesar de la gelidez que poseía, se encendiera una hogera que ambientaba la habitación en aquel sentimiento extraño, cosa que quizás por descuidada el podria sentir.
Era un hecho, lo sentiria.
Charlotte Rousseau- Poseedor de Talismán
- Mensajes : 217
Localización : Mystic Falls
Re: De regreso [Klaus]
Mis manos repasaban la superficie de las botellas de vino que descansaban sobre su caba más mis otros sentidos estaban totalmente dispersos y trabajando de manera efectiva e individual.
Mis oidos prestaban atención a sus pisadas en el piso superior, recorria su habitación la cual supe por sus pies que era amplia, bajo las escaleras apoyando apenas los dedos para se sigiloza, era imposible serlo cuando alguien como yo estaba tan acostumbrado a ser sigiloso cuando lo queria.
No podia verla de frente pero podia ver su silueta en los reflejos de la habitación gracias a los reflejos de los cristales, la creciente noche era una total ola de oscuridad lo más parecido a la boca de una cueva. Ampliaba la habitación y me dejaba ver los movimientos de quien se moviera a mis espaldas.
Extraño que pareciera confiaba en ella, otras veces ni la espalda le hubiera dado a un vampiro que recien conocia había allá afuera seres que sabian de las debilidades de vampiros como yo; más esta vez, quizas por las circunstancias o por la no tan extraña familiaridad me sentia cómodo ahí.
Gracias. Y ya que estamos alagandonos mutuamente debo decir que esa peculiar forma de sentarte es bastante cautivadora, sin ofender tienes una hemosas piernas aun seguia de espaldas pero ella ya había ocupado un lugar y por más decente y antiguo que yo fuera no había podido no detenerme a mirarla. Mi perfeccionista olfato erá en estos momentos el encargado de seleccionar el vino que más me hiciera agua la boca, a pesar de que ningun alimento ya tenia sabor para mi, el alcohol era una gran excepción.
Es dificil escoger una en especial, tienes una gran variedad. Creo que me quedaré con esta señale en cuanto la desenfundaba de su lugar, una de cien años aunque sabia que había muchas mejores Guardaré la mejor para otra ocación, si tu estas de acuerdo por que así como yo lo tenia planeado habria otra reveladora ocación.
Me aproxime a ella sosteniendo las dos copas que estaban disponibles sobre la pequeña pestaña saliente del mueble. No nos hacia falta un saca corchos y con un 'pop' sordo el vino quedo al descubierto dejando salir su anticuario olor. La movi un poco como antes ya había movido mi copa en aquel bar, movimientos suaves y circulares para que se mezclara el asentamiento por haber estado tanto tiempo sin abrirse. Llene despues su copa y por último la mia dejando la suya sobre su mano.
Eres muy perspicaz, tu mirada es demasiado intensa fijas la vista con bastante atención queriendo descubrir todo lo que una persona te puede ocultar me gusta yo tambien lo hago y te ocultas bien.
De haberme mantenido más disperso no hubiera notado las leves oleadas de escaneo que irradiaba su mirada.
Mis oidos prestaban atención a sus pisadas en el piso superior, recorria su habitación la cual supe por sus pies que era amplia, bajo las escaleras apoyando apenas los dedos para se sigiloza, era imposible serlo cuando alguien como yo estaba tan acostumbrado a ser sigiloso cuando lo queria.
No podia verla de frente pero podia ver su silueta en los reflejos de la habitación gracias a los reflejos de los cristales, la creciente noche era una total ola de oscuridad lo más parecido a la boca de una cueva. Ampliaba la habitación y me dejaba ver los movimientos de quien se moviera a mis espaldas.
Extraño que pareciera confiaba en ella, otras veces ni la espalda le hubiera dado a un vampiro que recien conocia había allá afuera seres que sabian de las debilidades de vampiros como yo; más esta vez, quizas por las circunstancias o por la no tan extraña familiaridad me sentia cómodo ahí.
Gracias. Y ya que estamos alagandonos mutuamente debo decir que esa peculiar forma de sentarte es bastante cautivadora, sin ofender tienes una hemosas piernas aun seguia de espaldas pero ella ya había ocupado un lugar y por más decente y antiguo que yo fuera no había podido no detenerme a mirarla. Mi perfeccionista olfato erá en estos momentos el encargado de seleccionar el vino que más me hiciera agua la boca, a pesar de que ningun alimento ya tenia sabor para mi, el alcohol era una gran excepción.
Es dificil escoger una en especial, tienes una gran variedad. Creo que me quedaré con esta señale en cuanto la desenfundaba de su lugar, una de cien años aunque sabia que había muchas mejores Guardaré la mejor para otra ocación, si tu estas de acuerdo por que así como yo lo tenia planeado habria otra reveladora ocación.
Me aproxime a ella sosteniendo las dos copas que estaban disponibles sobre la pequeña pestaña saliente del mueble. No nos hacia falta un saca corchos y con un 'pop' sordo el vino quedo al descubierto dejando salir su anticuario olor. La movi un poco como antes ya había movido mi copa en aquel bar, movimientos suaves y circulares para que se mezclara el asentamiento por haber estado tanto tiempo sin abrirse. Llene despues su copa y por último la mia dejando la suya sobre su mano.
Eres muy perspicaz, tu mirada es demasiado intensa fijas la vista con bastante atención queriendo descubrir todo lo que una persona te puede ocultar me gusta yo tambien lo hago y te ocultas bien.
De haberme mantenido más disperso no hubiera notado las leves oleadas de escaneo que irradiaba su mirada.
Klaus- Mensajes : 86
Re: De regreso [Klaus]
Me sonreí de lado, casi satisfecha sobre el comentario de mis piernas y mi forma de sentarme. Bajé la mirada y por un momento casi detengo la candente necesidad de escannear su comportamiento con la mirada, que en pleno apogeo de su conversación se volvía mas profunda y provocativa, aunque ciertamente ya no a contra voluntad.
- Para nada, un alago no puede resultar ofensivo bajo ningún punto de vista. - Me sonreí deliberadamente... Si yo comenzaba a largar mis alagos como catarata, seguramente el encuentro comenzaria a tornarce un poco mas... ardiente. Contemplé los movimientos de su mano, toda aquella sotisficación me conquistaba de una forma que aunque quiciera resistirme no sería posible de una forma efectiva. Remojé mis labios sutilmente con mi lengua apreciando el aroma de la bebida que sin perder mas tiempo sirvio en ambas copas.
Tomé de la que me ofrecía y realizando el mismo movimiento de su mano, me encargué de acercar un poco la copa a mi mentón para ensaciar mi naríz con su fina fragancia. Le aprobé con una media sonrisa y le escuché con atención, claramente habia notado que casi tramaba arrancarle la ropa para ver que se traía bajo las mangas, hablando metafóricamente... ¿No?.
- Gracias, tambien lo haces bien... - Miré su mano sosteniendo la copa y la volví a levantar para detenerla en su imponente mirada. - Algo me dice, que peligrosamente bien. - Mi voz era sensual con una firmeza que aún trazaba la linea que especificaba: yo aquí, tú allí. Alcé sutilmente mi copa, sin hacer mas caso a mis propias palabras, y me disponía a proponer un brindis, cuando el chasquido de algunas ramas me sacaron de contexto. Giré el rostro, como si fuera llamada a ser para la busqueda y el ataque, entrecerré mis ojos agudizando mis sentidos...
Unos instantes mas y el sonido se alejaba, no estaba segura de que era, o quien. Quizás era ese tal Jack, que se habia atrevido a cenar a las cercanias de mis terrenos. No lo sabía con exactitud y ya comenzaba a sacar cuentas como una loca. Volví el rostro hacia Klaus, y rompí con aquel frio y calculador rostro con una destellante sonrisa. - Falsa alarma. - Comenté para relajar la tensión que yo misma había producido con mi sobre salto.
Respiré profundamente y me dediqué a retomar el tema de la conversación - En lo que va de alagos, no te quedas atrás... Lo admito, estuve aprovechando para notar que tienes una espalda formidable. - y con aquellas palabras dejé salir la suspicaz picardía combinada con cierta arrogancia y sensualidad, tres cualidades explosivas si se batian demaciado, por lo cual dejé mi comentario en el aire... - ¿Un brindis?. - Pregunté retomando el hilo de lo que había dejado atrás.
A pesar que mi mente se esfrozaba por mantener el ambiente, mis sentidos estaban sobre el terreno, la idea de vivir expuesta entre los ventanales solía incomodarme, y el saber que quizás podría haber alguien alli fuera viendo cada uno de mis movimientos era una idea de la que no disfrutaria, por el momento, bajo ningún comcepto. Por lo cual sin borrar el rostro de simpatia que me habia tomado labor el volver a tomar, solté una ola de advertencia, lo suficientemente fuerte como para hacer que hasta el humano menos receptivo se le pusiera la piel de gallina y a lo que muchos animales salvajes se mantendrían fuera de camino. Cualquier osado que buscara tener problemas, pues dejaba clara mi posición defensiva sobre los terrenos que poseía y con lo que se encontrarian si interrumpieran mi velada con aquel irresistible especimen de vampiro que tenía enfrente... Lo que dejaba en duda, si se trataba de una advertencia, amenaza o un reto.
- Para nada, un alago no puede resultar ofensivo bajo ningún punto de vista. - Me sonreí deliberadamente... Si yo comenzaba a largar mis alagos como catarata, seguramente el encuentro comenzaria a tornarce un poco mas... ardiente. Contemplé los movimientos de su mano, toda aquella sotisficación me conquistaba de una forma que aunque quiciera resistirme no sería posible de una forma efectiva. Remojé mis labios sutilmente con mi lengua apreciando el aroma de la bebida que sin perder mas tiempo sirvio en ambas copas.
Tomé de la que me ofrecía y realizando el mismo movimiento de su mano, me encargué de acercar un poco la copa a mi mentón para ensaciar mi naríz con su fina fragancia. Le aprobé con una media sonrisa y le escuché con atención, claramente habia notado que casi tramaba arrancarle la ropa para ver que se traía bajo las mangas, hablando metafóricamente... ¿No?.
- Gracias, tambien lo haces bien... - Miré su mano sosteniendo la copa y la volví a levantar para detenerla en su imponente mirada. - Algo me dice, que peligrosamente bien. - Mi voz era sensual con una firmeza que aún trazaba la linea que especificaba: yo aquí, tú allí. Alcé sutilmente mi copa, sin hacer mas caso a mis propias palabras, y me disponía a proponer un brindis, cuando el chasquido de algunas ramas me sacaron de contexto. Giré el rostro, como si fuera llamada a ser para la busqueda y el ataque, entrecerré mis ojos agudizando mis sentidos...
Unos instantes mas y el sonido se alejaba, no estaba segura de que era, o quien. Quizás era ese tal Jack, que se habia atrevido a cenar a las cercanias de mis terrenos. No lo sabía con exactitud y ya comenzaba a sacar cuentas como una loca. Volví el rostro hacia Klaus, y rompí con aquel frio y calculador rostro con una destellante sonrisa. - Falsa alarma. - Comenté para relajar la tensión que yo misma había producido con mi sobre salto.
Respiré profundamente y me dediqué a retomar el tema de la conversación - En lo que va de alagos, no te quedas atrás... Lo admito, estuve aprovechando para notar que tienes una espalda formidable. - y con aquellas palabras dejé salir la suspicaz picardía combinada con cierta arrogancia y sensualidad, tres cualidades explosivas si se batian demaciado, por lo cual dejé mi comentario en el aire... - ¿Un brindis?. - Pregunté retomando el hilo de lo que había dejado atrás.
A pesar que mi mente se esfrozaba por mantener el ambiente, mis sentidos estaban sobre el terreno, la idea de vivir expuesta entre los ventanales solía incomodarme, y el saber que quizás podría haber alguien alli fuera viendo cada uno de mis movimientos era una idea de la que no disfrutaria, por el momento, bajo ningún comcepto. Por lo cual sin borrar el rostro de simpatia que me habia tomado labor el volver a tomar, solté una ola de advertencia, lo suficientemente fuerte como para hacer que hasta el humano menos receptivo se le pusiera la piel de gallina y a lo que muchos animales salvajes se mantendrían fuera de camino. Cualquier osado que buscara tener problemas, pues dejaba clara mi posición defensiva sobre los terrenos que poseía y con lo que se encontrarian si interrumpieran mi velada con aquel irresistible especimen de vampiro que tenía enfrente... Lo que dejaba en duda, si se trataba de una advertencia, amenaza o un reto.
Charlotte Rousseau- Poseedor de Talismán
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Localización : Mystic Falls
Re: De regreso [Klaus]
Eso es porque a mí me gusta jugar del lado peligroso aclare correspondiendo a su inigualable sonrisa con una de las mías. Además de tener un agudo sentido del oído tenía uno mayor para leer entre palabras. Ella se estaba desenvolviendo muy bien o demasiado diría yo me estaba dando cuenta que esa sensualidad no era un teatro bien montado para que todo saliera como ella lo disponía sino por el contrario era la forma natural que ella había escogido para desarrollarse en este mundo.
Una táctica digna de admirarse ya que hasta a mí, Klaus, me había dejado embaucado con aquella sonrisa, elegancia, calidez y sensualidad para moverse.
De verdad enarque una ceja quizás con un poco de incredulidad reflejado en el rostro y en el timbre de mi voz Había escuchado mucho de mi, pero nunca algo referente a la forma de mi espalda, aquello me dice que debo de prestar más atención a otros aspectos sonreí aceptando aquel inesperado brindis.
El pequeño tintineo de las copas extendió un agudo sonido a través de toda la habitación, un pequeño eco propagándose a toda la extensión, más no había sido aquello todo lo que se podía sentir en esos instantes.
A menos que estés metida en un lio con un autonombrado cazador de vampiros me fastidiaba pronunciar aquello y la ironía de mis gestos lo reflejaba
No veo el motivo para tal alerta, parece que estas esperando que alguien te salte encima en verdad no estaría mal saltarle encima, bajo aquella piel debería esconderse la mejor sangre que había probado, conservada como se diría vulgarmente en alcohol con una antigüedad lo suficientemente larga para beber hasta la última gota. Mi mirada siguió la corriente de sus pensamientos y dejo de centrarse en sus ojos para fijarse en su cuello y parte de sus hombros. De verdad una tentación que me hacia titubear, insólito en verdad.
No sé que debe de alarmarte, debo decir que conmigo aquí no hay de que puedas preocuparte. Soy bastante listo para darme cuenta si hay algo afuera que pueda significar un riesgo parte de mi egocentrismo salió a relucir en aquel instante, un ego mezclado con verdad dado que si en verdad hubiera algo ahí afuera que hozara interrumpir mi placentera velada, se encontraría con el cuello partido en la mitad del tiempo del aleteo de un colibrí. Todo esto estaba tomando bastante significado para mí, mi atención estaba siendo absorbida por aquel ser frente a mi, con una sonrisa que desde hace tiempo atras me había hecho mirar dos veces.
Una táctica digna de admirarse ya que hasta a mí, Klaus, me había dejado embaucado con aquella sonrisa, elegancia, calidez y sensualidad para moverse.
De verdad enarque una ceja quizás con un poco de incredulidad reflejado en el rostro y en el timbre de mi voz Había escuchado mucho de mi, pero nunca algo referente a la forma de mi espalda, aquello me dice que debo de prestar más atención a otros aspectos sonreí aceptando aquel inesperado brindis.
El pequeño tintineo de las copas extendió un agudo sonido a través de toda la habitación, un pequeño eco propagándose a toda la extensión, más no había sido aquello todo lo que se podía sentir en esos instantes.
A menos que estés metida en un lio con un autonombrado cazador de vampiros me fastidiaba pronunciar aquello y la ironía de mis gestos lo reflejaba
No veo el motivo para tal alerta, parece que estas esperando que alguien te salte encima en verdad no estaría mal saltarle encima, bajo aquella piel debería esconderse la mejor sangre que había probado, conservada como se diría vulgarmente en alcohol con una antigüedad lo suficientemente larga para beber hasta la última gota. Mi mirada siguió la corriente de sus pensamientos y dejo de centrarse en sus ojos para fijarse en su cuello y parte de sus hombros. De verdad una tentación que me hacia titubear, insólito en verdad.
No sé que debe de alarmarte, debo decir que conmigo aquí no hay de que puedas preocuparte. Soy bastante listo para darme cuenta si hay algo afuera que pueda significar un riesgo parte de mi egocentrismo salió a relucir en aquel instante, un ego mezclado con verdad dado que si en verdad hubiera algo ahí afuera que hozara interrumpir mi placentera velada, se encontraría con el cuello partido en la mitad del tiempo del aleteo de un colibrí. Todo esto estaba tomando bastante significado para mí, mi atención estaba siendo absorbida por aquel ser frente a mi, con una sonrisa que desde hace tiempo atras me había hecho mirar dos veces.
Klaus- Mensajes : 86
Re: De regreso [Klaus]
Almenos mi alago le había sido de gusto, y por supuesto tambien de cierta forma podía llamarce original. Pero, esque para mi era inevitable centrarce en aquellos detalles. Ademas, para lamer sus medias adorando lo poderoso e infinitamente increible y demas, seguramente ya habrían otros. Pero, no era del tipo que reclamaría piedad por su existencia.
Me sonreí algo apenada por la actitud. - Enrealidad, desde ese maldito y vergonzozo accidente, soy capaz de dispararle a una liebre si se me presenta. - Sus siguientes palabras palarizaron los nervios y sentidos de mi cuerpo, mi entrecejo se fruncio levemente, por aquellos segundos mientras las palabras se deslizaban de aquellos varoniles labios. Esto descocía una cantidad de preguntas y dudas increíbles, y varios motivos por mi comportamiento.
En primer lugar, era de mi responsabilidad los terrenos de los cuales me poseía y era tan territorial o peor, que una leona. Por otro lado, era cierto que me encontraba con uno de los vampiros mas poderosos que podrían estar pisando la rocosa tierra en estos preciosos momento, es decir ¿Acaso no había notado eso en medio del bar?, ¿Realmente era caso de que el pueblo me afectaba de manera grabe? o Simplemente era una desorientada mental que no tenía idea donde ponía los pies ni contra que se enfrentaba. ¿Tan bruta?... No, para nada, quizás todo era mano de aquella confianza sobrenatural que existía entre ambos, y que aún no encontraba una razón lógica para ello. O tal vez claramente no queria encontrarla por miedo a saber algo aun peor.
Su mirada se desvió a mi cuello, respiré lentamente y con profundidad, comenzaba a sentirme como una presa, una jugosa y vulnerable presa bajo las fauses de aquel depredador altamente superior en demaciados aspectos como para atreverme a imaginarlos, al levantar los ojos a su mirada mi mente se apropió de una imagen realmente apasionada en la que el presente vampiro y yo eramos parte... Pestañee confundida por la situacion y depronto me preguntaba si acaso era que estaba comenzando a manipular mi mente.
Me sonreí con incredulidad ante todo lo que oía, imaginaba, e incluso sucedia. Ahora simplemente eramos él y yo en medio del comedor, el resto del lugar y para mis sentido era nulo, la nada... Una eterna oscuridad. Había logrado bloquear por completo mis sentidos, bajarlos de una manera sumamente peligrosa pero, me hacia sentir mas a gusto. Finalmente podía descansar y bajar la guardia despues de mas de siete siglos.
- Lo siento... yo. - Dije entre dudando mis palabras, y fijando mi mirada en la suya, como si buscara mis palabras en la intensidad de sus ojos. - Siempre he sido yo, espero que mi actitud no te haya ofendido. - Me sonreí de manera mas espontanea, y notoriamente mas relajada, aquel "siempre he sido yo", era mi forma de clasificar que en mi camino ha sido un rumdo de un solo carril, y en una sola dirección; hacia adelante y en soledad, corriendo la responsabilidad mi cabeza y mis andanzas. - Pero, es un honor poder bajar el alto pabellón de defensas, almenos una vez cada siete siglos. - reí por lo bajo, mientras mi mente ahora buscaba sobre que brindar.
- Vamos al Living, podemos estar mas comodos. - Comenté, ya que despues de todo aun el se encontraba de pie y de cierta forma me incomodaba que mis visitas no estuvieran a sus anchas. Me levanté de la mesa quedando con torpeza mucho mas cerca de su cuerpo, me encontraba relajada pero, era imposible no notar el poder que irradiaba nada mas de su piel. Y de sentirlo mas de cerca, nada mas me hacia tenzar la piel de todo el cuerpo. Levanté la mirada junto con el rostro, sonriendo de lado al tiempo que bebía el primer delicioso trago de mi copa y desviaba la mirada junto con mis pasos hacia el living, soltando finamente un embriagante llamado a que me siguiera. Como si fueran esporas de una flor en llamado a las abejas...
Me sonreí algo apenada por la actitud. - Enrealidad, desde ese maldito y vergonzozo accidente, soy capaz de dispararle a una liebre si se me presenta. - Sus siguientes palabras palarizaron los nervios y sentidos de mi cuerpo, mi entrecejo se fruncio levemente, por aquellos segundos mientras las palabras se deslizaban de aquellos varoniles labios. Esto descocía una cantidad de preguntas y dudas increíbles, y varios motivos por mi comportamiento.
En primer lugar, era de mi responsabilidad los terrenos de los cuales me poseía y era tan territorial o peor, que una leona. Por otro lado, era cierto que me encontraba con uno de los vampiros mas poderosos que podrían estar pisando la rocosa tierra en estos preciosos momento, es decir ¿Acaso no había notado eso en medio del bar?, ¿Realmente era caso de que el pueblo me afectaba de manera grabe? o Simplemente era una desorientada mental que no tenía idea donde ponía los pies ni contra que se enfrentaba. ¿Tan bruta?... No, para nada, quizás todo era mano de aquella confianza sobrenatural que existía entre ambos, y que aún no encontraba una razón lógica para ello. O tal vez claramente no queria encontrarla por miedo a saber algo aun peor.
Su mirada se desvió a mi cuello, respiré lentamente y con profundidad, comenzaba a sentirme como una presa, una jugosa y vulnerable presa bajo las fauses de aquel depredador altamente superior en demaciados aspectos como para atreverme a imaginarlos, al levantar los ojos a su mirada mi mente se apropió de una imagen realmente apasionada en la que el presente vampiro y yo eramos parte... Pestañee confundida por la situacion y depronto me preguntaba si acaso era que estaba comenzando a manipular mi mente.
Me sonreí con incredulidad ante todo lo que oía, imaginaba, e incluso sucedia. Ahora simplemente eramos él y yo en medio del comedor, el resto del lugar y para mis sentido era nulo, la nada... Una eterna oscuridad. Había logrado bloquear por completo mis sentidos, bajarlos de una manera sumamente peligrosa pero, me hacia sentir mas a gusto. Finalmente podía descansar y bajar la guardia despues de mas de siete siglos.
- Lo siento... yo. - Dije entre dudando mis palabras, y fijando mi mirada en la suya, como si buscara mis palabras en la intensidad de sus ojos. - Siempre he sido yo, espero que mi actitud no te haya ofendido. - Me sonreí de manera mas espontanea, y notoriamente mas relajada, aquel "siempre he sido yo", era mi forma de clasificar que en mi camino ha sido un rumdo de un solo carril, y en una sola dirección; hacia adelante y en soledad, corriendo la responsabilidad mi cabeza y mis andanzas. - Pero, es un honor poder bajar el alto pabellón de defensas, almenos una vez cada siete siglos. - reí por lo bajo, mientras mi mente ahora buscaba sobre que brindar.
- Vamos al Living, podemos estar mas comodos. - Comenté, ya que despues de todo aun el se encontraba de pie y de cierta forma me incomodaba que mis visitas no estuvieran a sus anchas. Me levanté de la mesa quedando con torpeza mucho mas cerca de su cuerpo, me encontraba relajada pero, era imposible no notar el poder que irradiaba nada mas de su piel. Y de sentirlo mas de cerca, nada mas me hacia tenzar la piel de todo el cuerpo. Levanté la mirada junto con el rostro, sonriendo de lado al tiempo que bebía el primer delicioso trago de mi copa y desviaba la mirada junto con mis pasos hacia el living, soltando finamente un embriagante llamado a que me siguiera. Como si fueran esporas de una flor en llamado a las abejas...
Charlotte Rousseau- Poseedor de Talismán
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Re: De regreso [Klaus]
Lo observaba todo, su rostro estaba sereno se había mantenido en un gesto sencillo y pasivo pero su mente era demasiado compleja y totalmente distinta a su expresión. No me era necesaria mucha energía para percibir la ligera duda que se formulaba en su mente; eran como rayos de luz de diversas tonalidades en la mente de las personas, la iluminación cambiaban dependiendo de las emociones y pensamientos que se estuvieran cuajando y era así como yo podía saber lo que estaban pensando.
Era nuestra naturaleza analizar lo que acontecía a nuestro alrededor aunque algunos lo desarrollábamos más hasta llevarlo a la perfección; hasta ahora era comprensible todo lo que ella quisiera pensar dado que este era su refugio u hogar por darle un nombre, y yo era apenas un conocido que a simple vista no tenía muy buenas intensiones.
La intensidad de sus pensamientos me hizo echar a andar los míos propios. ¿Qué hacía yo aquí pasando tiempo con una vampira que recién acababa de conocer? No era por el vino obviamente, era por indagar sobre ella, saber qué había detrás de aquellas murallas que me hacia acercarme peligrosamente a esa enigmática vampiresa.
Ella se estaba mostrando mucho más segura y yo no tenía la intensión de arruinar eso, y aunque pareciera difícil para aquellos que me conocieran a la perfección yo también estaba bajando la guardia dejando atrás a ese vampiro calculador y frívolo que había puesto apenas un pie en el centro del pueblo.
De los dos lados me esperaba lo mismo salvo que de uno era un largo y fructífero paseo. Al parecer me inclinaría por el último. Ella se estaba mostrando mucho más segura y yo no tenía intensión de arruinar eso conocería más con relación a su personalidad, y aunque pareciera difícil yo también estaba bajando la guardia de vampiro calculador.
Ella se puso de pie y su cuerpo quedo tentativo y casi amenazante cercano al mío. Mi mirada estaba sobre su rostro que durante unos segundos se mantuvo a la altura del mío, sus ojos y los míos se encontraron en un perpetuo segundo fue una interacción de energía. Emanaba de su cuerpo, tibia, fuerte y constante, entraba en contacto con la mía y parecían mezclarse poco a poco hasta fundirse y formar un aura mayor que nos rodeaba a ambos. Entonces camino y yo la seguí conducido por su peculiar encanto, al llegar ocupe un lugar en uno de los blanquecinos sofás.
Quizás sean efectos del vino sonreí haciendo alusión a lo que ella había dicho antes de que nos pusiéramos en marcha hacia el living, aquello sobre bajar la guardia No es mi intensión aprovecharme de las bajas defensas de una mujer, pero compartimos esas bajas murallas justo ahora. Creo que la hostilidad puede quedar de lado, tenemos más en común que lo que yo había pensado en un inicio.
Era nuestra naturaleza analizar lo que acontecía a nuestro alrededor aunque algunos lo desarrollábamos más hasta llevarlo a la perfección; hasta ahora era comprensible todo lo que ella quisiera pensar dado que este era su refugio u hogar por darle un nombre, y yo era apenas un conocido que a simple vista no tenía muy buenas intensiones.
La intensidad de sus pensamientos me hizo echar a andar los míos propios. ¿Qué hacía yo aquí pasando tiempo con una vampira que recién acababa de conocer? No era por el vino obviamente, era por indagar sobre ella, saber qué había detrás de aquellas murallas que me hacia acercarme peligrosamente a esa enigmática vampiresa.
Ella se estaba mostrando mucho más segura y yo no tenía la intensión de arruinar eso, y aunque pareciera difícil para aquellos que me conocieran a la perfección yo también estaba bajando la guardia dejando atrás a ese vampiro calculador y frívolo que había puesto apenas un pie en el centro del pueblo.
De los dos lados me esperaba lo mismo salvo que de uno era un largo y fructífero paseo. Al parecer me inclinaría por el último. Ella se estaba mostrando mucho más segura y yo no tenía intensión de arruinar eso conocería más con relación a su personalidad, y aunque pareciera difícil yo también estaba bajando la guardia de vampiro calculador.
Ella se puso de pie y su cuerpo quedo tentativo y casi amenazante cercano al mío. Mi mirada estaba sobre su rostro que durante unos segundos se mantuvo a la altura del mío, sus ojos y los míos se encontraron en un perpetuo segundo fue una interacción de energía. Emanaba de su cuerpo, tibia, fuerte y constante, entraba en contacto con la mía y parecían mezclarse poco a poco hasta fundirse y formar un aura mayor que nos rodeaba a ambos. Entonces camino y yo la seguí conducido por su peculiar encanto, al llegar ocupe un lugar en uno de los blanquecinos sofás.
Quizás sean efectos del vino sonreí haciendo alusión a lo que ella había dicho antes de que nos pusiéramos en marcha hacia el living, aquello sobre bajar la guardia No es mi intensión aprovecharme de las bajas defensas de una mujer, pero compartimos esas bajas murallas justo ahora. Creo que la hostilidad puede quedar de lado, tenemos más en común que lo que yo había pensado en un inicio.
Klaus- Mensajes : 86
Re: De regreso [Klaus]
Mis pasos me llevaron hasta el living, y luego de tomar asiento, él tomo el de enjunto. Su contestación era digna de como si me hubiera leído la mente, eso me produjo cierto rechazo. El imaginarme nada mas que pudiera estar escarvando en mis pensamientos, y con la imagen sexosa que había tenido hacia nada mas unos momentos, era sentirce realmente como si la tierra pudiera hacerme el favor de tragarme. Pero no, no era sabído realmente si los vampiros leían las mentes.
- Dudo que el vino tenga que ver. - Miré la botella. - Hace falta mas para que comience a perder la cordura. - me sonreí burlona por mi propio comentario mientras me sentaba de costado y colocaba las piernas sobre el cojin del sillón, pero sencillamente no podía creer que un par de copas dejaran paso a una conexión tan profunda, mucho menos desde casi un principio.
Ya mas relajada, pude leer entre las palabras que a el mismo terminarían quizás, por delatarlo. ¿Mas en común que desde un principio?, como sabía el quien era yo. Y como yo no podía recordarlo a él. Aquello no tenía demaciadas vueltas, quizás y malpensando por un momento había sido él quien... Preferia ni pensarlo en aquel momento, no cuando lo tenía enfrente y podía sentir cada cambio en mi ser.
Aunque quizás pensándolo bien, me daban cosquilleos en ciertas partes el pensar que podría estar hablando con el desgraciado que se habia aprobechado de mí hacia ya mucho tiempo. Lo admitía, la idea era ciertamente morbosa, o no tanto. Pero, aquellos pensamientos y el recordar las sensaciones de esa noche hacían cambiar radicalmente la energía que emitia.
Inconcientemente, toqué en mi cuello el lugar donde alguna vez habian estado las dolorosas punzaciones de mi atacante, que no había sido una, pero la que mas apreciaba habia sido la que se encontraba en la union del cuello al hombro, dolorosa pero, ciertamente se habia sentido delicioso sentir como robaba mi sangre desde allí. En fin, en realidad había aprobechado para morder cada parte de mi cuerpo especialmente las mas candentes. Me reí sola por aquellos pensamientos, lo que me faltaba. Seteciento cincuenta y dos años mas tarde había invitado a mi agresor a beber una buena cocecha a mi propia "casa". ¡Perfecto!, ¿Que seguía?, ¿Van Hellsing?.
- Pero, pensadolo bien... Puede afectar un poco a ciertas cuestiones. - Mi voz volvía a ser sensual, y esta vez no porque fuera en naturalidad. Si no porque estaba comenzando a interesarme serlo específicamente con él, lo cual indicaba un antes y un después entre la sensualidad espontanea y el interés puntual. - Sabes, espero que vayas alguna vez a visitarme a la biblioteca. - Me sonreí perversa mientras daba otro trago a la copa y saboreaba aquel liquido con cada expresión de mi rostro para luego volver hablar. - Pueden haber cosas que te interesen saber. - Terminé de decir en un tono moderado y apoyando mi brazo en el respaldar del sillón para sostener así mi rostro, ya no podía resistir el no mirarlo fijamente, sentía una atracción extraña pero ciertamente fuerte hacia él. Una a la que no quería encontrarle una explicación inmediata o perdería el encanto.
- Dudo que el vino tenga que ver. - Miré la botella. - Hace falta mas para que comience a perder la cordura. - me sonreí burlona por mi propio comentario mientras me sentaba de costado y colocaba las piernas sobre el cojin del sillón, pero sencillamente no podía creer que un par de copas dejaran paso a una conexión tan profunda, mucho menos desde casi un principio.
Ya mas relajada, pude leer entre las palabras que a el mismo terminarían quizás, por delatarlo. ¿Mas en común que desde un principio?, como sabía el quien era yo. Y como yo no podía recordarlo a él. Aquello no tenía demaciadas vueltas, quizás y malpensando por un momento había sido él quien... Preferia ni pensarlo en aquel momento, no cuando lo tenía enfrente y podía sentir cada cambio en mi ser.
Aunque quizás pensándolo bien, me daban cosquilleos en ciertas partes el pensar que podría estar hablando con el desgraciado que se habia aprobechado de mí hacia ya mucho tiempo. Lo admitía, la idea era ciertamente morbosa, o no tanto. Pero, aquellos pensamientos y el recordar las sensaciones de esa noche hacían cambiar radicalmente la energía que emitia.
Inconcientemente, toqué en mi cuello el lugar donde alguna vez habian estado las dolorosas punzaciones de mi atacante, que no había sido una, pero la que mas apreciaba habia sido la que se encontraba en la union del cuello al hombro, dolorosa pero, ciertamente se habia sentido delicioso sentir como robaba mi sangre desde allí. En fin, en realidad había aprobechado para morder cada parte de mi cuerpo especialmente las mas candentes. Me reí sola por aquellos pensamientos, lo que me faltaba. Seteciento cincuenta y dos años mas tarde había invitado a mi agresor a beber una buena cocecha a mi propia "casa". ¡Perfecto!, ¿Que seguía?, ¿Van Hellsing?.
- Pero, pensadolo bien... Puede afectar un poco a ciertas cuestiones. - Mi voz volvía a ser sensual, y esta vez no porque fuera en naturalidad. Si no porque estaba comenzando a interesarme serlo específicamente con él, lo cual indicaba un antes y un después entre la sensualidad espontanea y el interés puntual. - Sabes, espero que vayas alguna vez a visitarme a la biblioteca. - Me sonreí perversa mientras daba otro trago a la copa y saboreaba aquel liquido con cada expresión de mi rostro para luego volver hablar. - Pueden haber cosas que te interesen saber. - Terminé de decir en un tono moderado y apoyando mi brazo en el respaldar del sillón para sostener así mi rostro, ya no podía resistir el no mirarlo fijamente, sentía una atracción extraña pero ciertamente fuerte hacia él. Una a la que no quería encontrarle una explicación inmediata o perdería el encanto.
Charlotte Rousseau- Poseedor de Talismán
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Re: De regreso [Klaus]
- Entonces deberíamos comprobar esa teoría - pensé con gracia pero sin mostrar una sonrisa mayor a la que mantenía sobre mi rostro en aquellos momentos.
El silencio era valioso, o al menos ese dicho se venía cantando desde hace mucho tiempo atrás. Cuando te quedabas mudo era principalmente por una razón, estas pensando. Estas pensando que decir, pensando en lo que está pasando frente a ti, pensando en lo que fue hace algunos años; y fue precisamente aquello último lo que me ayudo a orientarme dentro de la nueva conversación. Porque yo tenía una memoria excelente, digna del mejor de los cirujanos que nunca olvida las partes del cuerpo de su paciente, yo tenía buena memoria y ella al parecer unos recuerdos más nítidos.
A la biblioteca, ¿No me dirás que a leer algún libro? Porque ya me eh leído bastantes, a menos claro que se trate de una leyenda del pueblo lo cual tampoco me era nuevo, yo no estaba completamente cegado en torno a eso. El nacimiento de Mystic Falls, sus familias fundadoras como los Fell, los Loockgod e incluso los Gilbert. Sí, eso ya me lo sabía. Incluso la historia de los Salvatore, era un cuento de cuna que me había sido leído en varias ocasiones hasta causarme aburrimiento.
Si en lugar de ello me dijeras claramente que seria para visitarte y tener otra conversación como esta o incluso más entretenida, entonces no tendría por qué pensarlo un solo segundo. Directo, sincero y limpio. Ciertamente me gustaba ese juego “te toca, me toca” pero por qué no añadirle un toque de profunda y sobre valorada sinceridad aquella mujer convertida en una esplendorosa vampira me era hasta ahora un gusto lejano, un placer que estaría gustoso de mezclar con trabajo. Ella gustaba de palabras seductoras, por qué no podía yo ir al grano y desestabilizar esa tarima de sutilezas persuasivas.
Las bibliotecas son para guardar silencio, mirarse a los ojos escondiendo la mayor parte del rostro tras un libro. Cosas de adolescentes que no estaria mal repetir pensé y sonreí ligeramente
Me gusta aquí, hay vino y calor de hogar - como en familia - reí bajo tras mis pensamientos agachando levemente la mirada y volviéndola a alzar a la suya - Sí, seriamos una buena familia - . Cada uno ya había tomado una posición más relajada. Mi espalda se mantenía reclinada sobre el respaldo quizás un poco resbalada y con una pierna sobre la otra formando un buen ángulo de noventa grados.
La bebida sobre mis labios, deslizándose sobre mi garganta y en mi mente tenia la imagen de sus dedos sobre su clavicula. Aquello no era buena idea.
El silencio era valioso, o al menos ese dicho se venía cantando desde hace mucho tiempo atrás. Cuando te quedabas mudo era principalmente por una razón, estas pensando. Estas pensando que decir, pensando en lo que está pasando frente a ti, pensando en lo que fue hace algunos años; y fue precisamente aquello último lo que me ayudo a orientarme dentro de la nueva conversación. Porque yo tenía una memoria excelente, digna del mejor de los cirujanos que nunca olvida las partes del cuerpo de su paciente, yo tenía buena memoria y ella al parecer unos recuerdos más nítidos.
A la biblioteca, ¿No me dirás que a leer algún libro? Porque ya me eh leído bastantes, a menos claro que se trate de una leyenda del pueblo lo cual tampoco me era nuevo, yo no estaba completamente cegado en torno a eso. El nacimiento de Mystic Falls, sus familias fundadoras como los Fell, los Loockgod e incluso los Gilbert. Sí, eso ya me lo sabía. Incluso la historia de los Salvatore, era un cuento de cuna que me había sido leído en varias ocasiones hasta causarme aburrimiento.
Si en lugar de ello me dijeras claramente que seria para visitarte y tener otra conversación como esta o incluso más entretenida, entonces no tendría por qué pensarlo un solo segundo. Directo, sincero y limpio. Ciertamente me gustaba ese juego “te toca, me toca” pero por qué no añadirle un toque de profunda y sobre valorada sinceridad aquella mujer convertida en una esplendorosa vampira me era hasta ahora un gusto lejano, un placer que estaría gustoso de mezclar con trabajo. Ella gustaba de palabras seductoras, por qué no podía yo ir al grano y desestabilizar esa tarima de sutilezas persuasivas.
Las bibliotecas son para guardar silencio, mirarse a los ojos escondiendo la mayor parte del rostro tras un libro. Cosas de adolescentes que no estaria mal repetir pensé y sonreí ligeramente
Me gusta aquí, hay vino y calor de hogar - como en familia - reí bajo tras mis pensamientos agachando levemente la mirada y volviéndola a alzar a la suya - Sí, seriamos una buena familia - . Cada uno ya había tomado una posición más relajada. Mi espalda se mantenía reclinada sobre el respaldo quizás un poco resbalada y con una pierna sobre la otra formando un buen ángulo de noventa grados.
La bebida sobre mis labios, deslizándose sobre mi garganta y en mi mente tenia la imagen de sus dedos sobre su clavicula. Aquello no era buena idea.
Klaus- Mensajes : 86
Re: De regreso [Klaus]
Escuché sus comentarios que lograron robarme una risa algo forzada, rolee los ojos y lo volví a mirar intensamente. - Si esperara que me visitaras para algo en especial te lo diria, pero no. Hay unos diarios interesantes, pero claro... Olvidé que ya podrías estar sabiendo todo de donde estas. - Lo miré con una media sonrisa, me empezaba a comportar como una mujer normal en un clasico juego de "tire y afloje" como si se tratara de pasos de baile. Lo miré fijo y nuevamente analizaba sus gestos. ¿Algun día lo dejaría en paz?, parecia estar pendiente de encontrarle algun defecto, ese aglo que me retrallera de el, que me hiciera despreciarlo. No obstante había ese algo que no cerraba del todo... Piensalo bien Char, ¿que haria un vampiro tan antiguo en medio de un pobre pueblo?. Obviamente no venia a cortar flores en el campo... Y tal cual lo habia sospechado Mystic Falls tenía algo interesante para contarme. - Aun asi quieras ir solo a leer el diario del dia, la puerta de la gerencia estara abierta a tu visita. - Completé de manera espontanea, sin siquiera haber meditado las palabras. Bebí otro suave sorbo de mi copa, haciendo que el vino se posara sobre mis labios para luego tambien degustarlo de estos.
Me acerqué un poco mas a él... Queria jugar un poco y probar que sucedia. - Y quizás tengas algo interesante que contarme sobre Mysitc Fall's. - Dije de manera juguetona y a la vez curiosa, realmente no me importaba si esquibaba el tema, tenia pilas y pilas de libros para investigar y otros tantos de ocultismo... Que para bien o mal, podrían ser útiles para algo.
- Hablando de visitas, libros y adolescentes... - Me sonreí con cierta picardía, tramaba algo por supuesto, normal en mi y de mis tantos alterego... - Espero si, que vayas a mi oficina en el ayuntamiento, para arreglar cuentas, lo haria mas... Interesante. Ademas, no creo que el alcalde se moleste porque su mano derecha e izquierda trabajen en algo en común. ¿No?. - Al terminar con aquella insinuación mordí suavemente mi labio inferior de lado, entrecerrando un poco mis ojos para dejarlo mas en claro.
Si, simplemente quien podría entenderme, primerlo le decia que no me interesaban sus visitas pero, luego le hacia una clara insinuacion de que deseaba que lo hiciera y no exactamente para hablar sobre trabajo, eso estaba mas claro que el agua de mar caribeño.
No obstante, su último comentario realmente me habia dejado pensando, sobre todo por parte de él. Pero, sonreí casi demostrando dulzura, y al notarlo me sentí extraña.
Desvié mi mirada al reflejo de mi rostro en el vidrio, arquee suavemente mi ceja y acaricie con la orilla de la copa la comisura de mis labios, me sonreí esta vez con algo de ingenuidad, que estúpida lucia esa sonrisa de ternura en mi rostro, me aseguraría de no volver a hacerla. Volví la mirada a Klaus, el y su bendita templanza que mas bien parecía ser una sutíl insinuación de guerra. En una palabra, una simple palabra podía calificar su actitud de manera exacta. Majestuosidad, tambien otras como, supremacia, seguridad... Se notaba que estaba completamente a gusto, que poseía todo bajo su control, y quien no obtendría ese comportamiento altanero con el paso del tiempo... Yo solía tenerlo con muchas mas razones él que me superaba ampliamente.
- Bueno, es un alago que hables de calor hogareño, principalmente por la decoracion ultra gélida que tiene la sala. - Dije con algo de pena mordisqueando como con nervios mi labio inferior, y reir entre dientes. - Y por otro lado... No me creo capaz de semejante cosa, es decir. - Digo con disconformidad en mi misma, o quizás de las propias palabras. - Hogar me suena a familia. ¿Me sientes capaz de semejante odisea? - Bromee un poco sobre ello, aunque sencillamente no creía contar con madera para la familia y el hogar. Y mucho menos despues de la muerte de Cristopher, que desde que habia llegado a Mistyc fall's me ostigaba en mis sueños... Lo miré intentando hacerme ajena a los recuerdos.
- Solo una vez tuve un romance. - Confecé despues de todo máximo que podía hacer es hecharse a reir y revolcarse en el piso de las carcajadas. Ya que... peor habia sido vivirlo. - ... Era humano, y un vampiro lo asesinó. - Al grano y sin tantos detalles ni lagrimas... Ni lamentos. De un momento a otro, y como quien quiere la cosa recordé que tenía reservas de sangre en la heladera. Agregando que adoraba hacer mezclas extrañas.
- Que tal si le doy algo de sabor a la bebida. - Mi voz tomo cierto misterio pero no abandonó la invitación al juego. - Tengo un par de bolsas de sangre en la heladera en caso de emergencia. - Me rei divertida, que clase de emergencia podía tener siendo yo una cazadora tan ábil, dejé mi copa sobre la mesa del living y me levanté del sillón para caminar a la cocina. - Anímate a probar. - Me giré sonriendo, con mis cabellos algo revueltos sobre mi rostro, soplé un par de mechones con gracia mientras desviaba mis ojos de lugar, y luego acomodar mi cabello hacia atras.
Me acerqué un poco mas a él... Queria jugar un poco y probar que sucedia. - Y quizás tengas algo interesante que contarme sobre Mysitc Fall's. - Dije de manera juguetona y a la vez curiosa, realmente no me importaba si esquibaba el tema, tenia pilas y pilas de libros para investigar y otros tantos de ocultismo... Que para bien o mal, podrían ser útiles para algo.
- Hablando de visitas, libros y adolescentes... - Me sonreí con cierta picardía, tramaba algo por supuesto, normal en mi y de mis tantos alterego... - Espero si, que vayas a mi oficina en el ayuntamiento, para arreglar cuentas, lo haria mas... Interesante. Ademas, no creo que el alcalde se moleste porque su mano derecha e izquierda trabajen en algo en común. ¿No?. - Al terminar con aquella insinuación mordí suavemente mi labio inferior de lado, entrecerrando un poco mis ojos para dejarlo mas en claro.
Si, simplemente quien podría entenderme, primerlo le decia que no me interesaban sus visitas pero, luego le hacia una clara insinuacion de que deseaba que lo hiciera y no exactamente para hablar sobre trabajo, eso estaba mas claro que el agua de mar caribeño.
No obstante, su último comentario realmente me habia dejado pensando, sobre todo por parte de él. Pero, sonreí casi demostrando dulzura, y al notarlo me sentí extraña.
Desvié mi mirada al reflejo de mi rostro en el vidrio, arquee suavemente mi ceja y acaricie con la orilla de la copa la comisura de mis labios, me sonreí esta vez con algo de ingenuidad, que estúpida lucia esa sonrisa de ternura en mi rostro, me aseguraría de no volver a hacerla. Volví la mirada a Klaus, el y su bendita templanza que mas bien parecía ser una sutíl insinuación de guerra. En una palabra, una simple palabra podía calificar su actitud de manera exacta. Majestuosidad, tambien otras como, supremacia, seguridad... Se notaba que estaba completamente a gusto, que poseía todo bajo su control, y quien no obtendría ese comportamiento altanero con el paso del tiempo... Yo solía tenerlo con muchas mas razones él que me superaba ampliamente.
- Bueno, es un alago que hables de calor hogareño, principalmente por la decoracion ultra gélida que tiene la sala. - Dije con algo de pena mordisqueando como con nervios mi labio inferior, y reir entre dientes. - Y por otro lado... No me creo capaz de semejante cosa, es decir. - Digo con disconformidad en mi misma, o quizás de las propias palabras. - Hogar me suena a familia. ¿Me sientes capaz de semejante odisea? - Bromee un poco sobre ello, aunque sencillamente no creía contar con madera para la familia y el hogar. Y mucho menos despues de la muerte de Cristopher, que desde que habia llegado a Mistyc fall's me ostigaba en mis sueños... Lo miré intentando hacerme ajena a los recuerdos.
- Solo una vez tuve un romance. - Confecé despues de todo máximo que podía hacer es hecharse a reir y revolcarse en el piso de las carcajadas. Ya que... peor habia sido vivirlo. - ... Era humano, y un vampiro lo asesinó. - Al grano y sin tantos detalles ni lagrimas... Ni lamentos. De un momento a otro, y como quien quiere la cosa recordé que tenía reservas de sangre en la heladera. Agregando que adoraba hacer mezclas extrañas.
- Que tal si le doy algo de sabor a la bebida. - Mi voz tomo cierto misterio pero no abandonó la invitación al juego. - Tengo un par de bolsas de sangre en la heladera en caso de emergencia. - Me rei divertida, que clase de emergencia podía tener siendo yo una cazadora tan ábil, dejé mi copa sobre la mesa del living y me levanté del sillón para caminar a la cocina. - Anímate a probar. - Me giré sonriendo, con mis cabellos algo revueltos sobre mi rostro, soplé un par de mechones con gracia mientras desviaba mis ojos de lugar, y luego acomodar mi cabello hacia atras.
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Re: De regreso [Klaus]
Fuiste capaz de enamorarte de un humano, no creo, que no te haya pasado por la cabeza tratar de formar una especie de familia perpetua con él. La idea de ser convertido y vivir el tan prometido eterno amor es algo muy frecuente en situaciones como estas, así que me encogí de hombros. Me fue imposible no hacer la comparación entre ella y Katherine, quienes se enamoraron de un humano quien sabe porque o cual estupidez, aquello despertaba un poco de recelo en mi ¿Qué habría en un humano que un vampiro no poseyera? ¿Sangre? Absolutamente no yo tenía y mucho mejor, sentimientos quizás. Me quede mirándola hacer un sin fin de gesticulaciones y en ello me entretuve durante un tiempo.
Se mordía el labio con frecuencia, su piel se estiraba bajo sus dientes dejando una pequeña marca blanquecina sobre su piel por la presión, el momento que su sangre se ahuyentaba de sus labios mientras sus dientes presionaban. Se le daba mucho jugar con aquella copa que sostenía en sus manos, y más aun con el liquido que contenía incluso me contagiaba la sensación de querer humedecer mis propios labios con mi lengua.
Como es que no me había percatado de su presencia con anterioridad, entonces hubiera reformulado mis planes y basarlos también en su persona.
Siempre me gustaría arreglar cuentas contigo, siempre que haya exista el mismo recibimiento y cortesía como lo hay aquí. Además que nuestros trabajos tienen una relación muy especial conteste con singular alegría, una extraña sonrisa que dejaba de lado aquella seriedad con la que me había mostrado en un principio, deje escapar un haz de calidez que solo salía cuando me encontraba con aquellos a quienes les tenia gran confianza, principalmente aquellos vampiros con los que tenía un lazo amistoso porque incluso yo, un vampiro ambicioso por poder gozaba de tener amigos.
Te acepto un nuevo sabor, pero no me gustan las bebidas congeladas señale con una nueva sonrisa Quizás si tuvieras una más fresca mi mirada se desvió a su cuello en una clara insinuación.
Deje que pasarán unos momentos para que ella hiciera sus conjeturas, espere a que su rostro me dijera lo que por su mente estaba pasando, y después de ese tiempo deje aflorar una corta y baja risa Tranquila, te acepto la bebida fría y le extendí mi copa ahora vacía. Aunque si gustaba ella yo podía acompañarla.
Se mordía el labio con frecuencia, su piel se estiraba bajo sus dientes dejando una pequeña marca blanquecina sobre su piel por la presión, el momento que su sangre se ahuyentaba de sus labios mientras sus dientes presionaban. Se le daba mucho jugar con aquella copa que sostenía en sus manos, y más aun con el liquido que contenía incluso me contagiaba la sensación de querer humedecer mis propios labios con mi lengua.
Como es que no me había percatado de su presencia con anterioridad, entonces hubiera reformulado mis planes y basarlos también en su persona.
Siempre me gustaría arreglar cuentas contigo, siempre que haya exista el mismo recibimiento y cortesía como lo hay aquí. Además que nuestros trabajos tienen una relación muy especial conteste con singular alegría, una extraña sonrisa que dejaba de lado aquella seriedad con la que me había mostrado en un principio, deje escapar un haz de calidez que solo salía cuando me encontraba con aquellos a quienes les tenia gran confianza, principalmente aquellos vampiros con los que tenía un lazo amistoso porque incluso yo, un vampiro ambicioso por poder gozaba de tener amigos.
Te acepto un nuevo sabor, pero no me gustan las bebidas congeladas señale con una nueva sonrisa Quizás si tuvieras una más fresca mi mirada se desvió a su cuello en una clara insinuación.
Deje que pasarán unos momentos para que ella hiciera sus conjeturas, espere a que su rostro me dijera lo que por su mente estaba pasando, y después de ese tiempo deje aflorar una corta y baja risa Tranquila, te acepto la bebida fría y le extendí mi copa ahora vacía. Aunque si gustaba ella yo podía acompañarla.
Klaus- Mensajes : 86
Re: De regreso [Klaus]
Decidí no responder al dulce amor eterno con un ex amor ya difunto, re difunto. Por lo general intentaba evitar aquellos pensamientos, lo había dejado en parte de lado. Aunque al parecer no lo suficiente como para que dejara de atormentarme ciertas veces, o de que dejara de buscar al consecuente de su muerte. El cual quizás tambien estaba muerto re muerto.
- Siempre que yo este presente, tendrá una atención especial caballero Klaus. - Dije con un tono cortéz y al mismo tiempo cantarín. - Siempre será bienvenido a mi oficina, como asi espero que yo a la suya. - Me sonreí expectante por su respuesta. ¿Acaso no podía dejar de hacerlo?, intenté atenuarla un poco, me habia vuelto el palacio de la risa en solo un par de horas.
No obstante, su cuerpo hizo llegar al mio una sensacion acojedora, que podría casi llamar calida. Sin embargo, su comentario me hizo helar hasta el hueso dulce. Claramente ya estaba comenzando a desear clavarme los dientes. Una nueva escena paso fugazmente por mi mente, ¡por todos los diablos!... Gracias a los limites de la naturaleza que no dejaran ver aquella locura, postrada en la cama sientiendo la dureza de sus colmillos desgarrando la piel de mi cuello mientras sentía como la sangre se escapaba de mis venas sin poner la menor resistencia e incluso disfrutándolo.
Lo cual me decía dos cosas, la primera que estaba comenzando a desear tumbarlo en mi cuarto, o que mi vida pasional estaba tan carente de fuego, como de vida.
Intenté ignorar todo ello, después de todo aceptaba una bebida envasada, me reí relajando la tensión en mis labios, aunque mis ojos podrían estar delatando cuanto me gustaba su idea. Lo tomé de la mano para hacer que se levantara de su lugar y asi llevarlo conmigo a la cocina. No sin antes tomar la botella y mi copa.
No nos tardamos demaciado ya que los ambientes no eran demaciado espaciosos. - Sabes... - Comencé hablar mientras le soltaba la mano y dejaba las cosas sobre la mesada para dirigirme a la nevera. - Dentro de algunas semanas debo viajar a París, tengo unos negocios que no puedo dejar pasar. Es todo basado en las viñas que poseo en Nueva Orleans. - Tomé uno de los paquetes de sangre, para luego ir a buscar una tijera. - Me preguntaba que tal vez podrías acompañarme, ya que llevas varios siglos adelantado en cuestión de negocios y podría ver que tan buena tajada les sacas a los desgraciados sin necesidad de controlar sus mentes. - Me sonreí para acercarme a la mesada y mirarlo a los ojos, y luego a las copas, su idea de beberme la sangre se me había quedado pegada entre ceja y ceja, pero no cambiaría el tema que venía trayendo.
- Es un hobbie, lograr chantajear a los humanos sin necesidad de utilizar mi superioridad, claro. - Sintenticé abriendo el paquete, y sirviéndolo en unas de mis copas pero, las dudas me invaden al mirar la segunda, mis ojos se fueron inmediatamente a la presencia de él. Tomé el cuchillo nuevamente y apoyando mis codos sobre la mesada tiré el resto de mi cuerpo un poco hacia el lado contrario. Tiré mi mano atrás, haciendo que las venas de mi muñeca se resaltaran mas. Reí mesquinamente sin mirarlo concentrandomé en el brillo del metal para luego pasarlo por mi muñeca, cortando un poco la piel... Quería ver cual era su reacción.
- Siempre que yo este presente, tendrá una atención especial caballero Klaus. - Dije con un tono cortéz y al mismo tiempo cantarín. - Siempre será bienvenido a mi oficina, como asi espero que yo a la suya. - Me sonreí expectante por su respuesta. ¿Acaso no podía dejar de hacerlo?, intenté atenuarla un poco, me habia vuelto el palacio de la risa en solo un par de horas.
No obstante, su cuerpo hizo llegar al mio una sensacion acojedora, que podría casi llamar calida. Sin embargo, su comentario me hizo helar hasta el hueso dulce. Claramente ya estaba comenzando a desear clavarme los dientes. Una nueva escena paso fugazmente por mi mente, ¡por todos los diablos!... Gracias a los limites de la naturaleza que no dejaran ver aquella locura, postrada en la cama sientiendo la dureza de sus colmillos desgarrando la piel de mi cuello mientras sentía como la sangre se escapaba de mis venas sin poner la menor resistencia e incluso disfrutándolo.
Lo cual me decía dos cosas, la primera que estaba comenzando a desear tumbarlo en mi cuarto, o que mi vida pasional estaba tan carente de fuego, como de vida.
Intenté ignorar todo ello, después de todo aceptaba una bebida envasada, me reí relajando la tensión en mis labios, aunque mis ojos podrían estar delatando cuanto me gustaba su idea. Lo tomé de la mano para hacer que se levantara de su lugar y asi llevarlo conmigo a la cocina. No sin antes tomar la botella y mi copa.
No nos tardamos demaciado ya que los ambientes no eran demaciado espaciosos. - Sabes... - Comencé hablar mientras le soltaba la mano y dejaba las cosas sobre la mesada para dirigirme a la nevera. - Dentro de algunas semanas debo viajar a París, tengo unos negocios que no puedo dejar pasar. Es todo basado en las viñas que poseo en Nueva Orleans. - Tomé uno de los paquetes de sangre, para luego ir a buscar una tijera. - Me preguntaba que tal vez podrías acompañarme, ya que llevas varios siglos adelantado en cuestión de negocios y podría ver que tan buena tajada les sacas a los desgraciados sin necesidad de controlar sus mentes. - Me sonreí para acercarme a la mesada y mirarlo a los ojos, y luego a las copas, su idea de beberme la sangre se me había quedado pegada entre ceja y ceja, pero no cambiaría el tema que venía trayendo.
- Es un hobbie, lograr chantajear a los humanos sin necesidad de utilizar mi superioridad, claro. - Sintenticé abriendo el paquete, y sirviéndolo en unas de mis copas pero, las dudas me invaden al mirar la segunda, mis ojos se fueron inmediatamente a la presencia de él. Tomé el cuchillo nuevamente y apoyando mis codos sobre la mesada tiré el resto de mi cuerpo un poco hacia el lado contrario. Tiré mi mano atrás, haciendo que las venas de mi muñeca se resaltaran mas. Reí mesquinamente sin mirarlo concentrandomé en el brillo del metal para luego pasarlo por mi muñeca, cortando un poco la piel... Quería ver cual era su reacción.
Charlotte Rousseau- Poseedor de Talismán
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Re: De regreso [Klaus]
Por un momento me vi vencido dentro de mi propia telaraña. El tacto de su mano sobre la mía fue un abatimiento para mi mente racional, los breves instantes de intercambio de calor fueron sofocantes. La balanza se inclino de su lado cuando perdí momentáneamente mi control y mi cuerpo ordeno a mi mente sostenerla en mis brazos para obtener más de aquel calor, para llenarme de un poco de su vida y esta vez fue ella, su personalidad lo que me atrajo más que su propia sangre.
La mire trabajar unos segundos, la vi moverse con libertad por aquella cocina, pero yo seguía siendo un tipo inerte atrapado en sus propios pensamientos. Distraídamente contemple mi mano recientemente libre, un hormigueo recorría mi palma y es que yo no tenía previsto aquel tipo de contacto. Yo no podía estar vencido.
En aquellos momentos mi mente fue un suplicio, y no fue hasta que ella comenzó a hablar sobre París cuando pude tomar control de mis bastas y estúpidas emociones.
Gozo de un tacto supremo para hacer negocios a mí conveniencia e incluso podría decirte que con ojos cerrados y manos atadas me salgo con la mía pero mentiría, mis firmas se ven un poco afectadas bajo aquellas circunstancias bromee haciendo uso de una risa baja y gruesa, el control regresaba a mi cuerpo Los años me han hecho aprender uno que otro truco, como ahora mi mirada pendía de los movimientos de sus manos, cortando-vaciando-soltando aquella sangre que no era la suya pero con la que me debía conformar Estar del lado del alcalde Lockwood, la persona que más desprecio tiene hacia los vampiros fue un trabajo sencillo a pesar de estar lleno de verbena que podría significar una desventaja y bueno si a eso añadimos que tiene una esposa bastante peculiar y con gustos extremos por una copa me encogí de hombros.
Yo tenía una filosofía muy especial: Haz cuanto tengas para conseguir lo que quieras, y me había servido muy bien hasta ahora.
La mayor parte de mis años la viví con elegancia, probé lo que se catalogaba como prohibido y tome aquello que se decía era sagrado. La vida humana era una de ellas, había un mandato supremo que decía ‘No mataras’, yo había destruido aquello. ¿Pero qué puede hacer un simple vampiro cuando por la vida se te cruzan seres con corazones latientes y una voluntad floja? Todo iba regresando a su cauce, mi mente volvía a ser frívola hasta que sus movimientos deliberadamente fueron tomando otro rumbo.
El filo sobre su piel y mi respiración se detuvo.
El hilo escarlata corriendo ligeramente desde su muñeca y mi cuerpo se inclino sobre aquella mesa para mirarla más de cerca.
Aquella risa mezquina y el olor llego hasta mi nariz. Me había atrapado.
¿Qué otra cosa hay en la vida de un vampiro, que sea más fuerte que la atracción por la sangre? Mi mano se alargo hasta la suya, aquella que había recibido el corte. Levanté su brazo por debajo de la herida sin que mis ojos se perdieran aquella vista. Tenía más de la mitad del cuerpo inclinado sobre la mesa, la tenía a ella tan cerca que si mis años no me tuvieran bien educado, me hubiera abalanzado sobre su cuerpo.
Con los dedos de mi mano libre atrape unas cuantas gotas que tras haber hecho presión habían salido con fluidez, rodee la mesa hasta hallarme frente a ella su cuerpo amenazantemente cerca.
Mis ojos se encontraron con los suyos.
Mis dedos pintados de escarlata cubrieron sus labios.
Una sonrisa se dibujo en mi rostro, había dado un gran paso.
La mire trabajar unos segundos, la vi moverse con libertad por aquella cocina, pero yo seguía siendo un tipo inerte atrapado en sus propios pensamientos. Distraídamente contemple mi mano recientemente libre, un hormigueo recorría mi palma y es que yo no tenía previsto aquel tipo de contacto. Yo no podía estar vencido.
En aquellos momentos mi mente fue un suplicio, y no fue hasta que ella comenzó a hablar sobre París cuando pude tomar control de mis bastas y estúpidas emociones.
Gozo de un tacto supremo para hacer negocios a mí conveniencia e incluso podría decirte que con ojos cerrados y manos atadas me salgo con la mía pero mentiría, mis firmas se ven un poco afectadas bajo aquellas circunstancias bromee haciendo uso de una risa baja y gruesa, el control regresaba a mi cuerpo Los años me han hecho aprender uno que otro truco, como ahora mi mirada pendía de los movimientos de sus manos, cortando-vaciando-soltando aquella sangre que no era la suya pero con la que me debía conformar Estar del lado del alcalde Lockwood, la persona que más desprecio tiene hacia los vampiros fue un trabajo sencillo a pesar de estar lleno de verbena que podría significar una desventaja y bueno si a eso añadimos que tiene una esposa bastante peculiar y con gustos extremos por una copa me encogí de hombros.
Yo tenía una filosofía muy especial: Haz cuanto tengas para conseguir lo que quieras, y me había servido muy bien hasta ahora.
La mayor parte de mis años la viví con elegancia, probé lo que se catalogaba como prohibido y tome aquello que se decía era sagrado. La vida humana era una de ellas, había un mandato supremo que decía ‘No mataras’, yo había destruido aquello. ¿Pero qué puede hacer un simple vampiro cuando por la vida se te cruzan seres con corazones latientes y una voluntad floja? Todo iba regresando a su cauce, mi mente volvía a ser frívola hasta que sus movimientos deliberadamente fueron tomando otro rumbo.
El filo sobre su piel y mi respiración se detuvo.
El hilo escarlata corriendo ligeramente desde su muñeca y mi cuerpo se inclino sobre aquella mesa para mirarla más de cerca.
Aquella risa mezquina y el olor llego hasta mi nariz. Me había atrapado.
¿Qué otra cosa hay en la vida de un vampiro, que sea más fuerte que la atracción por la sangre? Mi mano se alargo hasta la suya, aquella que había recibido el corte. Levanté su brazo por debajo de la herida sin que mis ojos se perdieran aquella vista. Tenía más de la mitad del cuerpo inclinado sobre la mesa, la tenía a ella tan cerca que si mis años no me tuvieran bien educado, me hubiera abalanzado sobre su cuerpo.
Con los dedos de mi mano libre atrape unas cuantas gotas que tras haber hecho presión habían salido con fluidez, rodee la mesa hasta hallarme frente a ella su cuerpo amenazantemente cerca.
Mis ojos se encontraron con los suyos.
Mis dedos pintados de escarlata cubrieron sus labios.
Una sonrisa se dibujo en mi rostro, había dado un gran paso.
Klaus- Mensajes : 86
Re: De regreso [Klaus]
Habia guardado silencio hasta entonces por sus contestaciones, y ahora estaba a una distancia que cualquier humana se hubiera desarmado por querer besarlo, y aunque yo no lo era ya los deseos de querer hacerlo habían acrecentado. Lejos de querer desgarrar mi cuello, y sin siquiera osabar con probar mi sangre, ya que con sus propios dedos decoraba mis labios a ruby, permaneció en aquel lugar inmutable.
Las preciones del deseo aumentaban bajo mi piel y ante mi propia tutela, formandocé una encrucijada con mis propios limites y pensamientos. ¿Hacerlo?, ¿No hacerlo?. Ya lo había dicho parecería una estupida humana al caer a sus pies de aquella forma. Y él, quien se comportaba de una forma tan inmutable, neutral. Comenzaba a admirar su propia fuerza de voluntad.
El silencio entre nosotros se volvía cautivador sin embargo, debía cortarlo o caeria en mis propias tentaciones. Antes de hablar saboree de mis labios mi propia sangre, algo bastante morboso viéndolo de aquella forma. No quité mi mirada de sus ojos ahora oscurecidos en sangre, y aquello lo hacia todo mucho mas dificil, su facciones habían cambiado ligeramente por el derrame en su mirada, mas amenazante poderoso... Irresistible. Ahora mucho menos podía dejar de mirarlo. Solté una insonora risa, mas bien ahogada paro la sitación.
- Entonces será un placer que vengas conmigo. - Le dije casi susurrando. - Estoy segura que lograríamos grandes ganancias juntos. - Un deseo algo ambicioso pero, planes de un niño de kinder a la altura de dos vampiros. - Será divertido... - Terminé de decir enarcando un poco la ceja...
No podía engañarme a mi misma, no importaba cuanto me esforzara. Debía hacerlo, o no. Tenía la maldita corazonada de que algo traía entre manos, desde hacía ya casi una hora que estabamos allí y habia sospechado un millón de veces que el fuese quien me había maldecido de tal forma dándole muerte a mis padres, y... Todo lo que era yo ahora, no sabría exactamente si agradecerlo o si matarlo si llegara al caso. No obstante, no podía dejar de lado que él era mucho mas que mis propias exigencias encuanto a lo que buscaba en un vampiro y un hombre...
Ambos habiamos jugado nuestras mejores cartas, como en una mesa de poker anulando los gestos, y casi censurando las palabras a un punto, y me atrevía entonces hablar por los dos por los gestos y los hechos, que terminamos confundiéndonos entre lo que deseabamos nosotros mismos y lo que deseaba el otro. Entonces, ¿sería correcto quitar el manto de misterio en aquel momento? o quizás sería mejor idea continuarlo por mas tiempo.
No quería que aquellos momentos sólo duraran lo que una vela encendida en la noche. Mi confución se expandió aun mas, ¿que quería realmente ahora?. Sentí el aroma de mi sangre aún sobre mis labios... Me concentré en sus ojos y me acerqué a ciegas a él, quedando mi cuerpo en contacto con el suyo, sintiendo su imponente poder, el cual por un lado me ahuyentaba...
Increíblemente si, quizás le temía. Pero, al mismo tiempo aquella magnitud me atraía aun mas, formando un circulo vicioso en el que me sentía casi perdida, y solo como para empeorar las cosas aun, me embriagaba.
Levanté mi mano lentamente, como si no deseara ahuyentarle ante un movimiento brusco, todo alrededor nuestro se volvía aún mas frágil que un cristal. Las murallas se habían desmoronado y cualquier acción podria hacernos sentir atacados, lo que desencadenaría una catástrofe... para mí por supuesto.
Las yemas de mis dedos hicieron contacto con la piel de su rostro y lo acaricíe delicadamente mientras una sonrisa se dibujaba en mis labios, tenue pero, firme.
- Si lo deseas, simplemente tómalo. - Susurré y sabía que entendería perfectamente a lo que me refería, ladée un poco el rostro y mi cabello se corrío dejando medio descubierto mi cuello. Ya no quería que bebiese de mi muñeca... - Será un honor, y no me resulta una molestia... - verdaderamente no lo era, sabía perfectamente lo que significaba aquel gesto en el protocólo vampírico, un pacto que podía tener muchos significados; un gesto afectivo, de superioridad, lealtad, o pertenencia, una forma de sellar en confianza una relación y aunque recién le estaba conociendo y el juego se presentara con indesiciones provocando confusión deseaba que aquello se acabara. Deseaba demostrar todo ello en un solo gesto y ahorrar las palabras...
Ya no era hora de hablar, las palabras eran insifucientes para lo que los hechos podían demostrar.
Las preciones del deseo aumentaban bajo mi piel y ante mi propia tutela, formandocé una encrucijada con mis propios limites y pensamientos. ¿Hacerlo?, ¿No hacerlo?. Ya lo había dicho parecería una estupida humana al caer a sus pies de aquella forma. Y él, quien se comportaba de una forma tan inmutable, neutral. Comenzaba a admirar su propia fuerza de voluntad.
El silencio entre nosotros se volvía cautivador sin embargo, debía cortarlo o caeria en mis propias tentaciones. Antes de hablar saboree de mis labios mi propia sangre, algo bastante morboso viéndolo de aquella forma. No quité mi mirada de sus ojos ahora oscurecidos en sangre, y aquello lo hacia todo mucho mas dificil, su facciones habían cambiado ligeramente por el derrame en su mirada, mas amenazante poderoso... Irresistible. Ahora mucho menos podía dejar de mirarlo. Solté una insonora risa, mas bien ahogada paro la sitación.
- Entonces será un placer que vengas conmigo. - Le dije casi susurrando. - Estoy segura que lograríamos grandes ganancias juntos. - Un deseo algo ambicioso pero, planes de un niño de kinder a la altura de dos vampiros. - Será divertido... - Terminé de decir enarcando un poco la ceja...
No podía engañarme a mi misma, no importaba cuanto me esforzara. Debía hacerlo, o no. Tenía la maldita corazonada de que algo traía entre manos, desde hacía ya casi una hora que estabamos allí y habia sospechado un millón de veces que el fuese quien me había maldecido de tal forma dándole muerte a mis padres, y... Todo lo que era yo ahora, no sabría exactamente si agradecerlo o si matarlo si llegara al caso. No obstante, no podía dejar de lado que él era mucho mas que mis propias exigencias encuanto a lo que buscaba en un vampiro y un hombre...
Ambos habiamos jugado nuestras mejores cartas, como en una mesa de poker anulando los gestos, y casi censurando las palabras a un punto, y me atrevía entonces hablar por los dos por los gestos y los hechos, que terminamos confundiéndonos entre lo que deseabamos nosotros mismos y lo que deseaba el otro. Entonces, ¿sería correcto quitar el manto de misterio en aquel momento? o quizás sería mejor idea continuarlo por mas tiempo.
No quería que aquellos momentos sólo duraran lo que una vela encendida en la noche. Mi confución se expandió aun mas, ¿que quería realmente ahora?. Sentí el aroma de mi sangre aún sobre mis labios... Me concentré en sus ojos y me acerqué a ciegas a él, quedando mi cuerpo en contacto con el suyo, sintiendo su imponente poder, el cual por un lado me ahuyentaba...
Increíblemente si, quizás le temía. Pero, al mismo tiempo aquella magnitud me atraía aun mas, formando un circulo vicioso en el que me sentía casi perdida, y solo como para empeorar las cosas aun, me embriagaba.
Levanté mi mano lentamente, como si no deseara ahuyentarle ante un movimiento brusco, todo alrededor nuestro se volvía aún mas frágil que un cristal. Las murallas se habían desmoronado y cualquier acción podria hacernos sentir atacados, lo que desencadenaría una catástrofe... para mí por supuesto.
Las yemas de mis dedos hicieron contacto con la piel de su rostro y lo acaricíe delicadamente mientras una sonrisa se dibujaba en mis labios, tenue pero, firme.
- Si lo deseas, simplemente tómalo. - Susurré y sabía que entendería perfectamente a lo que me refería, ladée un poco el rostro y mi cabello se corrío dejando medio descubierto mi cuello. Ya no quería que bebiese de mi muñeca... - Será un honor, y no me resulta una molestia... - verdaderamente no lo era, sabía perfectamente lo que significaba aquel gesto en el protocólo vampírico, un pacto que podía tener muchos significados; un gesto afectivo, de superioridad, lealtad, o pertenencia, una forma de sellar en confianza una relación y aunque recién le estaba conociendo y el juego se presentara con indesiciones provocando confusión deseaba que aquello se acabara. Deseaba demostrar todo ello en un solo gesto y ahorrar las palabras...
Ya no era hora de hablar, las palabras eran insifucientes para lo que los hechos podían demostrar.
Charlotte Rousseau- Poseedor de Talismán
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Re: De regreso [Klaus]
Lo escuche, fui consciente de sus palabras pero no causaron gran impacto sobre de mi. Mi mente estaba dispersa, situada décadas atrás cuando ella era joven y yo menos antiguo. Una época en la cual mis prejuicios se encontraban en pleno reacomodo.
Flasback
Pasaba grandes temporadas en Paris, la consideraba una ciudad hermosa digna para residir en ella y mucho más civilizada a comparación de muchas otras en las que la industria apenas comenzaba a desarrollarse, era uno de mis sitios por excelencia, era uno de mis sitios preferidos para hacer nuevos negocios y hacerme de nuevos y valiosos obsequios.
Corría el año de 1254, disponía entonces de una situación monetaria bastante estable y bajo mi supervisión estaban algunos cuantos viñedos el gusto por los vinos me había llevado a inmiscuirme en la elaboración de los mismos. Pero daba la curiosidad que muchas de las ocasiones, las mejores cosas no eran para nosotros los inmortales, sino que les pertenecían a aquellos seres frágiles y titubeantes que eran nombrados como humanos; este era el caso de una creciente cadena de vinos una familia bastante acaudalada pero como todos ellos con grandes problemas sentimentales.
Pobres humanos.
Aun basaban sus vidas en lazos afectivos que terminarían destruyéndose. Aquella telaraña que ellos solían tejer y llamaban familia yo la consideraba una especie de tapete decorativo.
Hecha de la más fina seda, una cubierta de hilos entrelazados y tejidos con delicadeza de los más llamativos y alegres colores, juntos formaban una figura admirable pero bastaba solo alar uno de ellos para que todo se desvaneciera y los hilos que parecían estar más apretados se soltaran para convertirse en una bola de material inservible. Yo lo probé con aquella familia.
La relación estaba rota cuando la encontré, salvo aquella pequeña y jovial chispa de luz en el camino. Una hija.
Una encantadora jovencita de apenas unos veinte, con los cabellos brillantes y dorados sobre los hombros, unos ojos grisaseos directos y sensatos, nadie podía ocultarse de aquella mirada inquisidora que parecía desnudarte tras el primer abatimiento de pestañas. La belleza de la madre era admirable, pero la de la hija era sublime.
Por años había sido un coleccionista de bellezas, mujeres hermosas con cualidades singulares habían muerto en mis brazos. Más había aquellas que tenían una mirada hechizante, la cual debía de conservar por el resto de mi existencia.
No es de admirarse lo que aquella joven había perecido bajo el desenfreno de un vampiro, el porte de caballero que solía demostrar quedaba olvidado cuando mi verdadero ser salía bajo aquella piel y rostro de un hombre. Las leyendas urbanas definían a un vampiro como un ser nocturno, sin escrúpulos que goza de las desventajas y sufrimiento de los demás, aquel ser que se alimenta de tu energía y que se ve atraído por tu miedo. Cierto era que yo fui más que eso.
Como olvidarme de las reacciones de su cuerpo aquel día cuando la verdadera oscuridad la invadió por completo. Sentí el miedo correr por su cuerpo como ese leve escalofrío que te recorre del cuello hasta la punta de los pies erizándote la piel expuesta. Las palabras atoradas en la garganta, el rencor acumulándose y expandiéndose a través de todo pensamiento que le fuera posible formular, sus dedos buscando un objeto al cual aferrarse, su cuerpo luchando a marchas forzadas por rechazarme, su cuello expuesto cálido y con un efluvio apetecible.
La sangre corrió por su cuello, lleno mis labios de aquel brillante carmín, corrió por mi garganta hasta que lo sentí deslizarse por mi interior. Mis ojos reflejaron la furia y la sed, no era más que un vampiro hambriento.
Los recuerdos me trajeron de vuelta a la realidad.
Aun seguía contemplando la sangre correr por su muñeca y sus últimas palabras, las importantes, habían quedado detenidas en el espacio para que mis oídos las escucharan con claridad.
La piel bajo mis ojos fue tornándose rojiza hasta adquirir aquel toque de oscuridad, mis pupilas se dilataron tras haber inspirado nuevamente, el gozoso dolor se abrió paso por mis caninos superiores, entonces una sonrisa se abrió paso.
No sería un verdadero gozo si tu no obtuvieras lo mismo sin soltar su brazo y haciendo uso simplemente de mis colmillos rasgue el puño de mi camisa para dejar expuesto mi antebrazo ofreciéndole lo mismo.
El verdadero placer no estaba solo en beber, era un… dar y recibir.
Flasback
Pasaba grandes temporadas en Paris, la consideraba una ciudad hermosa digna para residir en ella y mucho más civilizada a comparación de muchas otras en las que la industria apenas comenzaba a desarrollarse, era uno de mis sitios por excelencia, era uno de mis sitios preferidos para hacer nuevos negocios y hacerme de nuevos y valiosos obsequios.
Corría el año de 1254, disponía entonces de una situación monetaria bastante estable y bajo mi supervisión estaban algunos cuantos viñedos el gusto por los vinos me había llevado a inmiscuirme en la elaboración de los mismos. Pero daba la curiosidad que muchas de las ocasiones, las mejores cosas no eran para nosotros los inmortales, sino que les pertenecían a aquellos seres frágiles y titubeantes que eran nombrados como humanos; este era el caso de una creciente cadena de vinos una familia bastante acaudalada pero como todos ellos con grandes problemas sentimentales.
Pobres humanos.
Aun basaban sus vidas en lazos afectivos que terminarían destruyéndose. Aquella telaraña que ellos solían tejer y llamaban familia yo la consideraba una especie de tapete decorativo.
Hecha de la más fina seda, una cubierta de hilos entrelazados y tejidos con delicadeza de los más llamativos y alegres colores, juntos formaban una figura admirable pero bastaba solo alar uno de ellos para que todo se desvaneciera y los hilos que parecían estar más apretados se soltaran para convertirse en una bola de material inservible. Yo lo probé con aquella familia.
La relación estaba rota cuando la encontré, salvo aquella pequeña y jovial chispa de luz en el camino. Una hija.
Una encantadora jovencita de apenas unos veinte, con los cabellos brillantes y dorados sobre los hombros, unos ojos grisaseos directos y sensatos, nadie podía ocultarse de aquella mirada inquisidora que parecía desnudarte tras el primer abatimiento de pestañas. La belleza de la madre era admirable, pero la de la hija era sublime.
Por años había sido un coleccionista de bellezas, mujeres hermosas con cualidades singulares habían muerto en mis brazos. Más había aquellas que tenían una mirada hechizante, la cual debía de conservar por el resto de mi existencia.
No es de admirarse lo que aquella joven había perecido bajo el desenfreno de un vampiro, el porte de caballero que solía demostrar quedaba olvidado cuando mi verdadero ser salía bajo aquella piel y rostro de un hombre. Las leyendas urbanas definían a un vampiro como un ser nocturno, sin escrúpulos que goza de las desventajas y sufrimiento de los demás, aquel ser que se alimenta de tu energía y que se ve atraído por tu miedo. Cierto era que yo fui más que eso.
Como olvidarme de las reacciones de su cuerpo aquel día cuando la verdadera oscuridad la invadió por completo. Sentí el miedo correr por su cuerpo como ese leve escalofrío que te recorre del cuello hasta la punta de los pies erizándote la piel expuesta. Las palabras atoradas en la garganta, el rencor acumulándose y expandiéndose a través de todo pensamiento que le fuera posible formular, sus dedos buscando un objeto al cual aferrarse, su cuerpo luchando a marchas forzadas por rechazarme, su cuello expuesto cálido y con un efluvio apetecible.
La sangre corrió por su cuello, lleno mis labios de aquel brillante carmín, corrió por mi garganta hasta que lo sentí deslizarse por mi interior. Mis ojos reflejaron la furia y la sed, no era más que un vampiro hambriento.
Los recuerdos me trajeron de vuelta a la realidad.
Aun seguía contemplando la sangre correr por su muñeca y sus últimas palabras, las importantes, habían quedado detenidas en el espacio para que mis oídos las escucharan con claridad.
La piel bajo mis ojos fue tornándose rojiza hasta adquirir aquel toque de oscuridad, mis pupilas se dilataron tras haber inspirado nuevamente, el gozoso dolor se abrió paso por mis caninos superiores, entonces una sonrisa se abrió paso.
No sería un verdadero gozo si tu no obtuvieras lo mismo sin soltar su brazo y haciendo uso simplemente de mis colmillos rasgue el puño de mi camisa para dejar expuesto mi antebrazo ofreciéndole lo mismo.
El verdadero placer no estaba solo en beber, era un… dar y recibir.
Klaus- Mensajes : 86
Re: De regreso [Klaus]
Sus ojos dieron otro cambio, se volvieron aun mas mortíferos, dignos de un vampiro de su estirpe. Su iris se volvió casi completamente negra al dilatarce sus pupilas, quedando una simple aura en rededor... Aquello solo era comparable como un eclipse de sol. El desgarró el puño de su camisa ofreciéndome de su sangre... Desvié algo sorprendida la mirada hacia su brazo.
Lo que ofrecia era equitativo, justo y sin embargo no era lo que mas deseaba en aquel momento. Curioso ¿no?, un vampiro despreciando sangre en un momento así y proveniente de un ser con tanto poder. Cualquier otro vampiro quizás no lo hubiera ni dudado en hacer, entre mas antiguo fuera el vampiro al cual le bebias la sangre mas poderosa esta era, y por tanto mas poder te brindaba.
Ya no deseaba poder, no deseaba morderlo en aquel preciso instante. Algo me llamaba a probar algo mas, quizás era ese impulso de poder que tenía y que hacía que cada poro de mi piel cosquillara a su contacto. Volví mi mirada algo desconcertada a la suya pero, cerré y abri los ojos dejándome ver mas segura de lo que quería y decidía por hacer.
Esta vez intentaría algo nuevo, dejaba de lado todos aquellos siglos que pasé cazando vampiros para apoderarme de su sangre, su poder y sus malditas existencias. Recordaba a cada uno de mis amantes pasajeros que habían padecido en mi cama y bajo mi cuerpo. Aquella frialdad que se cortaba en el preciso instante de encontarme con Klaus.
Era una idiotés, lo entendía por completo pero, era lo que me pedía cada fribra de mi cuerpo. Y aunque no me gustara admitirlo ya no podía resistirme.
De sus ojos, mi mirada se desvió hacia sus labios... Sus blancos y filosos colmillos, apeas si podía imaginármelos rasgando la piel de mi cuello y el dolor que ello me provocaría. Seguramente módico al lado la noche en la que habia sido transformada. Unos trecientos años me separaban de aquel caliz que se servía lleno de sentimentalismo y que volvía a cualquiera un idiota, indefenzo ante la persona a la cual se le entregaba.
Tragué algo de mi saliba mientras deslizaba mi mano libre, desde su rostro hasta su brazo, tomándolo con delicadeza un poco mas debajo la muñeca, mi dedo pulgar acarició suavemente su piel, sintiendo sus venas bajo este, mientras negué suavemente con el rostro. - Es mucho mas que un honor que me lo ofrescas. - Mi voz, era tenue con tintes dulzones pero, firme y sin dejar de lado la fortaleza que me identificaba. - Pero, no es lo que deseo de ti ahora. - Las palabras lo dejaban bien claro; de tí ahora deseo...
Me remordí el labio y me acerque lento al rostro de Klaus, extendiendo mis labios hacia los suyos, apenas rosándolos con mis labios. Una extraña agitación ascendió por mi pecho y se ahogo en mi garganta. Mis colmillos se empezaban asomar de una forma dolorosa ante el control que yo quería ejercerles pero, esta vez no habia forma. Terminaban por ganar la partida.
Lentamente dejé que mi lengua paseara un poco, rozando sus importantes caninos, mas grandes que los mios claramente.
Aparté mi rostro del suyo, en lo que acercaba su brazo a mi boca, para pasar mi legua recorriendo un poco de piel y plantando un fino beso en la muñeca, sin necesidad de despegar mi mirada de la suya... Mientras que el alrededor de mis ojos se dejaban rodear de venillas.
Lo que ofrecia era equitativo, justo y sin embargo no era lo que mas deseaba en aquel momento. Curioso ¿no?, un vampiro despreciando sangre en un momento así y proveniente de un ser con tanto poder. Cualquier otro vampiro quizás no lo hubiera ni dudado en hacer, entre mas antiguo fuera el vampiro al cual le bebias la sangre mas poderosa esta era, y por tanto mas poder te brindaba.
Ya no deseaba poder, no deseaba morderlo en aquel preciso instante. Algo me llamaba a probar algo mas, quizás era ese impulso de poder que tenía y que hacía que cada poro de mi piel cosquillara a su contacto. Volví mi mirada algo desconcertada a la suya pero, cerré y abri los ojos dejándome ver mas segura de lo que quería y decidía por hacer.
Esta vez intentaría algo nuevo, dejaba de lado todos aquellos siglos que pasé cazando vampiros para apoderarme de su sangre, su poder y sus malditas existencias. Recordaba a cada uno de mis amantes pasajeros que habían padecido en mi cama y bajo mi cuerpo. Aquella frialdad que se cortaba en el preciso instante de encontarme con Klaus.
Era una idiotés, lo entendía por completo pero, era lo que me pedía cada fribra de mi cuerpo. Y aunque no me gustara admitirlo ya no podía resistirme.
De sus ojos, mi mirada se desvió hacia sus labios... Sus blancos y filosos colmillos, apeas si podía imaginármelos rasgando la piel de mi cuello y el dolor que ello me provocaría. Seguramente módico al lado la noche en la que habia sido transformada. Unos trecientos años me separaban de aquel caliz que se servía lleno de sentimentalismo y que volvía a cualquiera un idiota, indefenzo ante la persona a la cual se le entregaba.
Tragué algo de mi saliba mientras deslizaba mi mano libre, desde su rostro hasta su brazo, tomándolo con delicadeza un poco mas debajo la muñeca, mi dedo pulgar acarició suavemente su piel, sintiendo sus venas bajo este, mientras negué suavemente con el rostro. - Es mucho mas que un honor que me lo ofrescas. - Mi voz, era tenue con tintes dulzones pero, firme y sin dejar de lado la fortaleza que me identificaba. - Pero, no es lo que deseo de ti ahora. - Las palabras lo dejaban bien claro; de tí ahora deseo...
Me remordí el labio y me acerque lento al rostro de Klaus, extendiendo mis labios hacia los suyos, apenas rosándolos con mis labios. Una extraña agitación ascendió por mi pecho y se ahogo en mi garganta. Mis colmillos se empezaban asomar de una forma dolorosa ante el control que yo quería ejercerles pero, esta vez no habia forma. Terminaban por ganar la partida.
Lentamente dejé que mi lengua paseara un poco, rozando sus importantes caninos, mas grandes que los mios claramente.
Aparté mi rostro del suyo, en lo que acercaba su brazo a mi boca, para pasar mi legua recorriendo un poco de piel y plantando un fino beso en la muñeca, sin necesidad de despegar mi mirada de la suya... Mientras que el alrededor de mis ojos se dejaban rodear de venillas.
Charlotte Rousseau- Poseedor de Talismán
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Localización : Mystic Falls
Re: De regreso [Klaus]
Había en sus ojos una especie de confusión, me hubiera resultado sencillo saber cuál era el sentimiento que cruzaba por su cuerpo regularmente lo hacía. Cuando un el ser frente a mí se quedaba extrañamente callado sondeaba su cuerpo para interpretar por sus sentimientos cuales eran los pensamientos que martirizaban su mente, más en este caso me reprimí de hacerlo.
Fue una sorpresa escucharla negarse a aceptar mi propuesta, si no fuera porque en estos momentos el sarcasmo no cabía le hubiera dicho que era una estupidez desechar tan grande oferta, la cual la habría llenado de poder hasta hacerla sentir embriagada y mareada, en estos momentos mi mente y todos mis sentidos estaban esperando un movimiento, algo que me dijera que era lo que realmente aquella vampira quería.
O es que ya lo sabes. Una parte de mi ser sabia el curso que estábamos tomando desde el momento en que ella me condujo a esta nueva habitación tomados de la mano, aunque fuera por un breve instante había sido un gesto bastante significativo y que me había puesto alerta. Haciéndome sentir ansioso por lo que pudiera pasar después.
Cuando se mordió los labios, cuando su suave tacto se alzo hacia mi rostro, cuando sus labios tentativos se fueron acercando a los míos, tuve el tiempo suficiente para rechazarla, si así lo hubiera querido. Pero siendo sinceros era lo que también yo deseaba, no solo era la sangre contenida en tan grácil cuerpo era la personalidad que aquel cuerpo representaba.
El dolor se agudizo en mis encías superiores cuando su lengua coqueteo con mis colmillos acrecentando mis ansias reprimidas por cruzar su tersa piel. Le hubiera tomado por la cintura inclinando su cuerpo hacia atrás para exponer su cuello ante mis ojos, mis reflejos serian inmediatos y mis labios tocarían su cuello segundos antes de penetrar su piel con un pequeño aguijonazo, entonces la delicia tibia de su sangre invadiría mi ser. Eso hubiera sido perfecto y placentero, si ella no hubiera abierto otras emociones en mi cuerpo.
Mi brazo aun estaba cercano a su rostro, mis dedos rozaron sus mejillas y de algún modo mis dedos buscaron entrelazarse con los suyos. Tenía una mano libre así que ella misma se encargo de atrapar su cintura y eliminar la poca distancia que había entre nuestros cuerpos. Mi rostro se fue inclinando tomando camino hacia su cuello, mi voz era un susurro y el susurro se fue convirtiendo en palabras suaves y melodiosas a sus oídos.
Te hubiera desgarrado el cuello en segundos mis labios rozaban su cuello, la fragancia de sus cabellos era perceptible desde ahí Tu sensualidad irradia por cada poro de tu piel los dedos de mi mano pendiente de su cintura acariciaban un poco de su espalda resaltando el camino marcado de su columna Me eh valido de muchas mañas para no caer preso de tal embrujo sonreí, estaba liberando mi tensión diciéndole todo lo que había estado evitando de ella.
Erguí el cuerpo, quedamos cara a cara, mis mirada sobre la suya queriendo absorber su alma en una sola mirada ¿Qué es lo que deseas de mi? sonreí de medio lado pidiendo palabras para asegurar los hechos Porque estoy seguro que puedo complacerlo Mis labios estuvieron tentativos a atrapar los suyos, más decidí esperar quedándome a solo milímetros.
Fue una sorpresa escucharla negarse a aceptar mi propuesta, si no fuera porque en estos momentos el sarcasmo no cabía le hubiera dicho que era una estupidez desechar tan grande oferta, la cual la habría llenado de poder hasta hacerla sentir embriagada y mareada, en estos momentos mi mente y todos mis sentidos estaban esperando un movimiento, algo que me dijera que era lo que realmente aquella vampira quería.
O es que ya lo sabes. Una parte de mi ser sabia el curso que estábamos tomando desde el momento en que ella me condujo a esta nueva habitación tomados de la mano, aunque fuera por un breve instante había sido un gesto bastante significativo y que me había puesto alerta. Haciéndome sentir ansioso por lo que pudiera pasar después.
Cuando se mordió los labios, cuando su suave tacto se alzo hacia mi rostro, cuando sus labios tentativos se fueron acercando a los míos, tuve el tiempo suficiente para rechazarla, si así lo hubiera querido. Pero siendo sinceros era lo que también yo deseaba, no solo era la sangre contenida en tan grácil cuerpo era la personalidad que aquel cuerpo representaba.
El dolor se agudizo en mis encías superiores cuando su lengua coqueteo con mis colmillos acrecentando mis ansias reprimidas por cruzar su tersa piel. Le hubiera tomado por la cintura inclinando su cuerpo hacia atrás para exponer su cuello ante mis ojos, mis reflejos serian inmediatos y mis labios tocarían su cuello segundos antes de penetrar su piel con un pequeño aguijonazo, entonces la delicia tibia de su sangre invadiría mi ser. Eso hubiera sido perfecto y placentero, si ella no hubiera abierto otras emociones en mi cuerpo.
Mi brazo aun estaba cercano a su rostro, mis dedos rozaron sus mejillas y de algún modo mis dedos buscaron entrelazarse con los suyos. Tenía una mano libre así que ella misma se encargo de atrapar su cintura y eliminar la poca distancia que había entre nuestros cuerpos. Mi rostro se fue inclinando tomando camino hacia su cuello, mi voz era un susurro y el susurro se fue convirtiendo en palabras suaves y melodiosas a sus oídos.
Te hubiera desgarrado el cuello en segundos mis labios rozaban su cuello, la fragancia de sus cabellos era perceptible desde ahí Tu sensualidad irradia por cada poro de tu piel los dedos de mi mano pendiente de su cintura acariciaban un poco de su espalda resaltando el camino marcado de su columna Me eh valido de muchas mañas para no caer preso de tal embrujo sonreí, estaba liberando mi tensión diciéndole todo lo que había estado evitando de ella.
Erguí el cuerpo, quedamos cara a cara, mis mirada sobre la suya queriendo absorber su alma en una sola mirada ¿Qué es lo que deseas de mi? sonreí de medio lado pidiendo palabras para asegurar los hechos Porque estoy seguro que puedo complacerlo Mis labios estuvieron tentativos a atrapar los suyos, más decidí esperar quedándome a solo milímetros.
Klaus- Mensajes : 86
Re: De regreso [Klaus]
Oh, por los siete infiernos, resistirce de tal forma ya debía ser un pecado mortal... Un juicio justo que estaba dispuesta a pagar si la muerte venia acompañada de sus varoniles manos. Su brazo acortó nuestra distancia, su piel si no fuera por las finas prendas que traíamos puestas estaría encendida en fuego, no voy a mentir. Aunque, para ser sincera... ya lo estaba. Con aquella voz seductora que amenazaba mi sedosa piel, logrando un contacto ardiente contra mi piel. Lo sabía perfectamente, mi existencia podía desaparece con un simple acto de su parte, y era ello lo que mas me enloquecía en él, no iba a seguir mintiéndome.
- Lo sé, lo sé perfectamente. - Le dije soltando con aquellas palabras un fogoso suspiro que ya no lograba contener. - Klaus, Klaus... - Canturré su nombre con sensualidad y provocativamente mientras extendía mi rostro al lado contrario, como si entregara mi piel a su merced, y era exactamente lo que quería hacer, porsupuesto. - La que aún intenta pelear por no caer bajo tu encanto soy yo. ¿Te parece correcto?. - Dije aquellas últimas palabras con cierto sarcasmo, a mi no me parecia nada bonito pero, no podía dejarle el plato tan fácil. No yo, no Charlotte.
Sin embargo, sus últimas palabras fueron la tentación mas grande que había tenído el placer de tener. Lo miré fijamente, su mirada fuerte me hacía sentir en llamas realmente, ¿donde podría encontrar otro como Klaus?. Sus labios, tan cercanos, tan sesuales... - Estoy segura que puedes. - Le susurre acercando aún mas mis labios a los suyos. Mis ojos se oscurecieron aún mas, mis pupilas apenas dejaban un tenue aura a su alrededor de lo que alguna vez habia sido el iris grisaceo. Mis brazos se liberaron de toda atadura y pasé mis manos por debajo de su saco, pasando por su fornido pecho hasta sus hombros.
- Pero, quizás es demaciado lo que quiera contigo. - Lo voltee acorralandolo contra la mesada de la cocina, mi sonrisa fue sensual mientras mis ya demoniacos ojos buscaban provocarlo. Sin despegarme siquiera un centimetro de su piel volví hablarle. - Solo déjate llevar...Sería mas simple para los dos. - Le murmure rozando mis labios con los suyos. De aquella forma sería mas fácil una sercanía y dejar de levantar tantas murallas. Mi lengua dió un paseo juguetón sobre sus labios, aquella sensación, las cosquillas que aún producía su poder sobre mi piel, todo ello me llevaba a pedir mas como si de droga se tratara, su cuerpo se volvía momento a momento una necesidad mas intenza.
- Lo sé, lo sé perfectamente. - Le dije soltando con aquellas palabras un fogoso suspiro que ya no lograba contener. - Klaus, Klaus... - Canturré su nombre con sensualidad y provocativamente mientras extendía mi rostro al lado contrario, como si entregara mi piel a su merced, y era exactamente lo que quería hacer, porsupuesto. - La que aún intenta pelear por no caer bajo tu encanto soy yo. ¿Te parece correcto?. - Dije aquellas últimas palabras con cierto sarcasmo, a mi no me parecia nada bonito pero, no podía dejarle el plato tan fácil. No yo, no Charlotte.
Sin embargo, sus últimas palabras fueron la tentación mas grande que había tenído el placer de tener. Lo miré fijamente, su mirada fuerte me hacía sentir en llamas realmente, ¿donde podría encontrar otro como Klaus?. Sus labios, tan cercanos, tan sesuales... - Estoy segura que puedes. - Le susurre acercando aún mas mis labios a los suyos. Mis ojos se oscurecieron aún mas, mis pupilas apenas dejaban un tenue aura a su alrededor de lo que alguna vez habia sido el iris grisaceo. Mis brazos se liberaron de toda atadura y pasé mis manos por debajo de su saco, pasando por su fornido pecho hasta sus hombros.
- Pero, quizás es demaciado lo que quiera contigo. - Lo voltee acorralandolo contra la mesada de la cocina, mi sonrisa fue sensual mientras mis ya demoniacos ojos buscaban provocarlo. Sin despegarme siquiera un centimetro de su piel volví hablarle. - Solo déjate llevar...Sería mas simple para los dos. - Le murmure rozando mis labios con los suyos. De aquella forma sería mas fácil una sercanía y dejar de levantar tantas murallas. Mi lengua dió un paseo juguetón sobre sus labios, aquella sensación, las cosquillas que aún producía su poder sobre mi piel, todo ello me llevaba a pedir mas como si de droga se tratara, su cuerpo se volvía momento a momento una necesidad mas intenza.
Charlotte Rousseau- Poseedor de Talismán
- Mensajes : 217
Localización : Mystic Falls
Re: De regreso [Klaus]
Como lo había pensado en un principio, entre ella y yo había una eterna lucha de poder que solo hoy y por estos instantes parecía hallar una paz en medio de un torrencial de emociones que me seguía negando a aceptar. Porque yo siempre había sido el todo poderoso ante el cual muchos se rendían y debían obedecer, ahora todo era y parecía diferente, me había valido de mucho para no dejarme llevar por tan imperiosa y aguerrida personalidad bajo aquel rostro seductor y pasivo de una rubia de ojos grises y labios frondosos.
Su lengua rozaba mis labios refrescando mi piel, sus palmas se encargaban de llegar hasta mis hombros mientras que las mías acaparaban su cintura infringiendo presión hacia su cuerpo para mantener aquella deliciosa cercanía que estaba terminando por gustarme más de lo debido.
Sonreí sintiendo el roce de sus labios al tiempo que los míos se estiraban
Más simple que poder expresarlo por palabras, yo creo que si reafirme sus palabras con las mías porque ni yo estaba seguro de lo que podía ella darme y que yo quiera.
El deseo de obtener su sangre paso a un segundo quizás tercer lugar, su piel me atraía de una manera diferente y la baja calidez de su cuerpo se hacía sentir con la mía atravesando incluso las hermosas ropas que vestía y que le había alagado con la mirada. Cuando encontré a aquella chica en tan recurrido bar, aquella chica que me atrajo de una manera extraña, ahora tenía una resolución ante aquella extraña atracción. Charlotte, una vampira con grandes dones.
Aquel vestido negro con que le había visto en el grill dejaba caer sus cabellos tentativamente mis labios se desviaron de los suyos para rozar su cuello y parte de sus hombros dejados al descubierto, y aunque aquella chaqueta de cuero oscuro le sentaba de maravilla era ahora un impedimento que fui deslizando por sus brazos hasta que esta cayera al piso junto a sus pies descalzos.
Su lengua rozaba mis labios refrescando mi piel, sus palmas se encargaban de llegar hasta mis hombros mientras que las mías acaparaban su cintura infringiendo presión hacia su cuerpo para mantener aquella deliciosa cercanía que estaba terminando por gustarme más de lo debido.
Sonreí sintiendo el roce de sus labios al tiempo que los míos se estiraban
Más simple que poder expresarlo por palabras, yo creo que si reafirme sus palabras con las mías porque ni yo estaba seguro de lo que podía ella darme y que yo quiera.
El deseo de obtener su sangre paso a un segundo quizás tercer lugar, su piel me atraía de una manera diferente y la baja calidez de su cuerpo se hacía sentir con la mía atravesando incluso las hermosas ropas que vestía y que le había alagado con la mirada. Cuando encontré a aquella chica en tan recurrido bar, aquella chica que me atrajo de una manera extraña, ahora tenía una resolución ante aquella extraña atracción. Charlotte, una vampira con grandes dones.
Aquel vestido negro con que le había visto en el grill dejaba caer sus cabellos tentativamente mis labios se desviaron de los suyos para rozar su cuello y parte de sus hombros dejados al descubierto, y aunque aquella chaqueta de cuero oscuro le sentaba de maravilla era ahora un impedimento que fui deslizando por sus brazos hasta que esta cayera al piso junto a sus pies descalzos.
Klaus- Mensajes : 86
Re: De regreso [Klaus]
- Entonces... ¿llego la hora de ser sincera? - Le comente mientras sus labios se escaparon de los mios para bajar tentativamente hacia mi cuello nuevamente. No era muy dificil de averiguar que era lo que quería él. Le permití seguir, mientras llevaba una de mis manos a su cabello, entrelazando mis finos y aristocráticos dedos para acariciarlos con suavidad.
Su tacto continuaba estremeciendo mi piel como desde el primer momento, desde que acariciaba disimuladamente con sus dedos mi mano, aquella energía claramente maligna que despedía, provocaba en mi mucho mas que aquella simple sensacion de estremecimiento y miedo. Me hacia desear hasta que punto era seguro continuar con aquel letal juego del deseo.
Estaba claramente en una posicion inofenciva, atada por sus brazos al contacto con su cuerpo, comezaba a creer que nunca debí entrometerme con un original. Había sido muy inocente, demaciado confiada y había terminado cayendo en mi propia telaraña. Me encontraba entonces en sus varoniles garras, confundida con un millon de pensamientos, lo que mi mente nunca podía estar quieta.
Desconocía realmente sus primeras intenciones, ¿y si nada mas era una presa para el?, si nada mas estaba figiendo cierto encanto... Solo para terminar por beberme hasta la ultima gota de sangre.
Fue entonces que tuve una nueva imagen, seducída entre sus brazos con sus colmillos aferrados en mi cuello, mientras sus manos recorrian con generosidad por mi cuerpo. Sin poder mostrar algun tipo de resistencia caida en el poder de su hechizo y desfalleciendo en sus brazos...
Me quité la idea de la cabeza, era demaciada ciencia ficción por un dia.
Sus manos pasaron por dejabo de mi chaqueta y la escurrieron por mis brazos hasta dejarle caer a mis pies. Me sonreí, quizás ambos buscabamos lo mismo, no me quedaba mas que asegurarme. Haciendo uso de mi fuerza y velocidad me hice hacia atrás arrastrandolo conmigo por sostenerle por los hombros. No dije nada, solo le sonreí mostrando descuidadamente mis colmillos.
Me subí entonces a la mesada sin despegar demaciado su cuerpo del mio. Lo miré intesa mientras tomando el largo de mi cabello lo anudaba con simpleza para que ya no molestara a sus inteciones. - ... Tu hechizo obviamente es mas fuerte que el mio. - Le susurré ya dejando ver que había perdido la partida pero, de la forma mas honrosa posible. - No me agrada del todo pero, que puedo esperar con toparme ante semejante poder. - digo recorriendo su cuello, sus hombros que aún poseían su saco, y el cual empecé a quitar suavemente mirandolo a los ojos, intentando saber si pondría alguna objeción a mi actuar.
Su tacto continuaba estremeciendo mi piel como desde el primer momento, desde que acariciaba disimuladamente con sus dedos mi mano, aquella energía claramente maligna que despedía, provocaba en mi mucho mas que aquella simple sensacion de estremecimiento y miedo. Me hacia desear hasta que punto era seguro continuar con aquel letal juego del deseo.
Estaba claramente en una posicion inofenciva, atada por sus brazos al contacto con su cuerpo, comezaba a creer que nunca debí entrometerme con un original. Había sido muy inocente, demaciado confiada y había terminado cayendo en mi propia telaraña. Me encontraba entonces en sus varoniles garras, confundida con un millon de pensamientos, lo que mi mente nunca podía estar quieta.
Desconocía realmente sus primeras intenciones, ¿y si nada mas era una presa para el?, si nada mas estaba figiendo cierto encanto... Solo para terminar por beberme hasta la ultima gota de sangre.
Fue entonces que tuve una nueva imagen, seducída entre sus brazos con sus colmillos aferrados en mi cuello, mientras sus manos recorrian con generosidad por mi cuerpo. Sin poder mostrar algun tipo de resistencia caida en el poder de su hechizo y desfalleciendo en sus brazos...
Me quité la idea de la cabeza, era demaciada ciencia ficción por un dia.
Sus manos pasaron por dejabo de mi chaqueta y la escurrieron por mis brazos hasta dejarle caer a mis pies. Me sonreí, quizás ambos buscabamos lo mismo, no me quedaba mas que asegurarme. Haciendo uso de mi fuerza y velocidad me hice hacia atrás arrastrandolo conmigo por sostenerle por los hombros. No dije nada, solo le sonreí mostrando descuidadamente mis colmillos.
Me subí entonces a la mesada sin despegar demaciado su cuerpo del mio. Lo miré intesa mientras tomando el largo de mi cabello lo anudaba con simpleza para que ya no molestara a sus inteciones. - ... Tu hechizo obviamente es mas fuerte que el mio. - Le susurré ya dejando ver que había perdido la partida pero, de la forma mas honrosa posible. - No me agrada del todo pero, que puedo esperar con toparme ante semejante poder. - digo recorriendo su cuello, sus hombros que aún poseían su saco, y el cual empecé a quitar suavemente mirandolo a los ojos, intentando saber si pondría alguna objeción a mi actuar.
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