Oficina del Gerente de Biblioteca

Me encontraba en mi nueva oficina. Había tenido suerte que el alcalde fuera tan torpe para no haber bebido su verbena por la mañana y convencerlo que colocarme como gerente de la biblioteca era una de las mejores cosas que podría hacer como Alcalde de la ciudad.

A pesar de mi juventud, nada mas aprente de la piel hacia afuera. Había pasado leyendo grandes clasicos, aunque nada se comparaba con una biblioteca, y mucho menos con la entrañable historia de Mystic Fall's. Ni con esa extraña sensación que me habia arrastrado hasta su carretera, había descompuesto mi GPS. Y hasta me había dejado a mi suerte en un bosque, golpeada por un vampiro inferior. ¿Porque seguia recordando toda esa... Bueno, si decía que era todo ello, de nada ganaria.

Revolvía algunos registros viejos, como los de los fundadores de Mystic Fall's y tantos otros llenos de polvo. - Que mal cuidan las cosas. - Murmuré molesta. Resoplé, estaba delante de un montón de escritos del año de quien sabe cuando, polvo y un millon de sentimientos y sensaciones. Me sentia rebalsada, pero necesitaba mantener la calma y un paso a la vez. - Un paso a la vez, uno por vez. - Me murmuraba a mi misma mientras llegue a observar mi mano vacía de mi precioso pero hurtado talismán. Seguramente jamás volvería a verlo.
Giré a ver los enormes ventanales que estaban corridos para impedir que la luz terminara por rostizarme.

Suspiré, tantas cosas por revisar... Debía investigar como llegaba la sangre de Salem hasta Mystic fall's. Y otro monton de cosas, obviamente el pueblo estaba enterado de que los vampiros estaban presentes.

Los golpes a mi puerta me sacaron de mi entorno pensativo y enliado, curiosamente la puerta se abrió. Rolee los ojos, seguramente la habia dejado mal cerrada... Que mala suerte.
Tras esta la figura de una jovencita, humana y que tambien estaba cargada con verbena se dejo dislumbrar con el reflejo indirecto de la luz. Me dijo su nombre he inmediatamente rememoriaba las charlas con Caroline, la muchacha que me habia salvado en el bosque junto con Bonnie, aunque esta ultima lo había hecho de mala gana.

¿Gilbert?. Miré a mis manos, y sostenía en ellas justamente los archivos de su familia. Perfecto, al parecer seguia teniendo esa buena racha de recien llegada. Coloqué la carpeta con los datos de sus ancestros dentro de la inmunda caja nuevamente y la baje del escritorio que estaba algo desarreglado y me apuré en reacomodarlo un poco.

- Disculpame el revoltijo. - Dije enderezandomé finalmente, mientras corria mis cabellos hacia atras y sonreí energicamente. - Dime Charlotte, todavía estoy muy joven para que me llamen por el apellido. - Me reí y sentandomé en la punta de mi escritorio le llame con un gesto sutil del rostro. - Ven entra, veo que debes tener problemas para encontrar la sección oculta de la biblioteca. - Despues de eso me maldije a mi misma por bocajarra... Cierto que el alcalde me habia dicho que esta seccion estaba prohibida al publico, pero para que diantres la habia mandado la bibliotecaria hasta aqui?... Que chiste.

La energía que despedía la muchacha era bastante interesante, entre los nervios y la seguridad. Una convinación dificil de encontrar dos veces. Me explicó lo que buscaba mientras le escuchaba con atención... Me quedé reflexionando por un momento. Ella sabía sobre la existencia de los vampiros y quizás ella me podría ser tan útil como yo a ella.

- Bueno, permiteme. - Me levanté levemente del escritorio y llendo a la puerta de la oficina la cerre con media vuelta de llave. - Ambas sabemos que esta seccion esta prohibida. - Me repetía lo que había dicho antes. - Aunque a mi se me haya escapado por error. - Digo divertida enmarcando la estupides que habia comentado. - Pero, supongo que lo que necesitas, no esta tan prohibido. - Termine de decir mientras me acercaba al escritorio nuevamente, y levantaba la pesada caja para colocarla sobre el escritorio nuevamente.

La miré, y desee con todas mis fuerzas que las cosas salieran bien, y como las esperaba. - Todo lo que necesitas sobre las familias fundadoras esta aqui. - Apunto dentro de la arenosa caja. - Si aqui.. Aunque paresca un basurero. - Dije bromista y fingiendo cara de asquito. Respiré ondo, en parte para tomar fuerzas y en otra para no tragar el polvo que saldria de alli mientras tironeaba de la carpeta de su familia.

Hecho aquello una nuvecita de polvillo se levanto y me encargue de disiparla con la mano. - Es peor que desenterrar muertos... Será porque varios estan muertos... - Comenté con desinterés. Remojé mis labios, los mordisquee y mirando su collar se me vino una manera facilisima para delatarme.

- Lindo collar con verbena. - Me sonreí con algo de lastima hacia misma por lo que iba a decir. - Mira Elena. - Retuve la carpeta en mis manos mirándola con desgano. - Supongo que te llevas una linda sorpresa al saber que la gerente de la biblioteca tiene mas años de los que aparenta. No quiero que te alarmes... - Aclaré apresuradamente, mientras le extendía la carpeta de su familia.

- Soy nueva en el pueblo, y tuve un pequeño inconveniente la noche que llegaba aqui. Uno no muy bonito. Bonnie, tu amiga podría contartelo. Es mucho lio, y todo esto realmente me es muy interesante. Pero, esa misma madrugada y con el accidente me hurtaron mi anillo... - Le mostré mi mano vacia de cualquier talismán. - Lo que me hace pensar que algo pasa aquí. Y creo que quiero ser útil para sal... salvar... -La palabra era costosa, desde que habia entablado un sentimiento con aquel humano hacia casi docientos años, había dejado una marca imborrable en mi demoniaca personalidad. - Salvarlos. - Terminé por decir rapido.

- No sé exactamente para que necesitas esta información, y la verdad esque tengo aun muy poca responsabilidad de lo que haya aqui dentro o no. Porque no me interesa del todo. Vine aqui a investigar, al igual que tú. Tal vez, podríamos hacerlo juntas... - Me mordí el labio algo nerviosa esperando por la respuesta de Elena.

Al final sus comentarios sobre, beber verbena y las mil y un formas que existen para matar a un vampiro terminaron por hacerme largar una buena carcajada.

- Mira Elena, no me importa si bebes verbena con unas pizcas de manzanilla, boldo... Tereré. Lo que sea... - De la simpatía habia pasado a lo recia. No solía ser tan amable y resignada con los humanos y cuando no era correspondida de tal manera, mi actitud podia volverse menos... Compañera. - Cuestión, que gracias a ti y por el motivo que sea... A mi casi me matan en plena carretera. - Terminé por decir y sacar concluciones drásticas con las que nisiquiera contaba con la seguridad de decir.

- Estoy aquí, te confieso que soy una maldita vampireza de hace casi poco mas de trecientos cincuenta años. Te revelo que no tengo talisman. ¿¡Y estas pensando en abrir las cortinas!? - De acuerdo, la situacion me estaba superando. - No se que problemas te traigas, Elena. Pero creeme, que no es bonito tener que vivir en el dia en una cueva... Por lo cual no estoy de buen humor. - Enarqué mi ceja mientras tenzaba mis labios al punto que solo fueran un par de hilos marcados en mi rostro.

- Estoy ofreciendoté mi ayuda. - Digo sin poder creer las anteriores palabras que había pronunciado la chica. - Si quiciera darle un fin facil a todo esto, tuerzo tu cuello a ciento ochenta grados y se terminó. Pero, no... - Inhumanamente veloz voy a la puerta, la destrabo y por de tras de ella la abro y le indico la salida. - Quizás me equivoqué, y no tendría que haber confiado tanto en la segunda mortal con un collar de verbena en el cogote... Si tu no me ayudas, yo no te podre ayudar. - Terminé por decir algo mas tranquila. - ¿Confiaras en mi?... Caroline lo hizo y ve a verla... Esta feliz y contenta de tener una buena amiga que la comprenda, y la apoye. No le hice daño Elena, ella me salvo, y Bonnie es testigo que no bebi ni una sola gota de su sangre. - Dejé la puerta y caminé al raz del reflejo de la luz, hasta el escritorio nuevamente.

Me sonreí divertida... Reacomodé sin realmente importarme demaciado, solamente para descargar mis nervios antes de hablar. - He hablado un poco con tus amigas. - Dije sin darle mucho interes a la cuestión. - No es broma que una joven rubia, que no tiene ni la mas palida idea de que son los vampiros o que pueden hacer ande con un colgante tapado en esa olorosa planta. Que en lo personal, es... - Mi cara de asco lo dijo todo, y no abarqué mas sobre el tema.

- Sinceramente... - Miro la carpeta en sus manos. - Que vengas averiguar sobre tus antepasados por un monton de escritos raros en un diario viejo... No te lo creo. - Apunte a la caja casi riendo. - ¿Has visto lo que es eso?. Nadie, durante quien sabe cuantas decadas a venido a saber que les pasó a sus antepasados. - Rasqué mi frente algo frenética, intentando pensar con mas claridad.

- Y no creo que lleves ese collar por que si. Ni que tomes verbena todas las mañanas por lo que un loco puede haber escrito. Sin saber, si creaba una novela o decia la verdad. - La miré analizante, la melancolía se apoderó de mis ojos. ¿Y si ella era un error como lo había sido Cristopher?. Y si existía la mas palida posibilidad de que por lo menos un vampiro la estuviese acosando... No, debía ser algo más, no por eso se encargarían de sacar del camino a un vampiro mas poderoso... No era nada mas que un acoso.

- Sabes... - Me mordisquée nuevamente el labio, buscando las palabras. - Una vez, hace dos siglos atrás... - Respiré profundo y jalé mi cabello hacia atrás mientras enarcaba mi ceja. - Me enamoré de un humano... - Chisté cruzandome de brazos, obviamente me incomodaba hablar sobre la cuestión, una cosa era escribirlo en mi diario y otra rotundamente diferente era tener que hablarlo con alguien... Sobre todo si ese alguien era un humano.

- La relación, tuvo todo eso de los cuentos de hadas... - apoyé mis brazos en el escritorio. - Se que esto no te va importar, pero... Esque tengo una diminuta teoria que quizás... Como sea. Se llamaba... Cristopher, y como en todas las... - ¿Las que?... ni modo, tenía que llevar el tema sobre el terreno mas normal del mundo, aunque la pareja de un humano - vampiro fuera vista algo.. raro, para variar. - Parejas, una noche discutimos. El se fué molesto conmigo, por lo que yo era... emss. Soy. - Miré mis manos aferrarce un poco mas al escritorio, lo que me valía mi investigación...

Retomando aire, levanté la mirada negando suavemente con el rostro. - El vivía lejos, fuera de la capital para ser exactos. Condujo en la noche... Y tuvo un accidente, un accidente quizás como el que yo tuve hace tres noches atras. Pero, el destino jugo mis fichas de otra forma. A el lo asesinaron, un vampiro... - La miré fijamente. - Y ahora que lo repaso así, tambien creo que el culpable de la muerte de Cristopher este en este pueblo... - Y ahora recien venia a darme cuenta de los hechos... Vaya lenta me volvía. Nuevamente comenzaba a creer que nada en este pueblo era una coincidencia.

- Elena, hay mas vampiros aqui de los que puedes ver en el día. En las sombras... Y se que no te debe ser una noticia de último momento. Pero tenía que decirtelo, yo vine en son de paz... No puedo hablar por los demas. Déjame ayudarte, se que no me conoces, y es necesario que sepas que me alimento de otros como podrías ser tú. Pero, el accidente, Caroline. Las reglas del juego cambiaron. Y dejando de lado mi pasado. ¿Acaso estas tu en la situacion de Cristopher? o estas siendo "acosada" por alguno de nuestra especie... - Esperen, realmente era yo quien estaba haciendo todas esas preguntas, contando de su vida como si fuera un libro abierto... Quizás me hacia falta, pero para que tomar a la primer pobre cierva que veía en el camino para cargarla con semejantes escombros...

Perdí el enfoque en el rostro de Elena, y me dejé caer sobre el asiento, aún con la mirada perdida. Levanté la mano excuzandome, pidiendo disculpas de cierta forma, mientras con la otra me refregaba los ojos. - Lo siento, creo que hasta estaba pensando en voz alta. No lo sé, Mystic Fall's tiene algo raro. - Dije en un tono de voz mucho mas pasivo y libre de sentimientos.

La ví nerviosa, la sentí nerviosa... Ví a Cristopher en sus piernas temblorosas. Y casi casi, largué a llorar... No sabía que podría haber complicado su vida de tal forma, aunque quizás no hubiese sido así. Fué entonces que se venían los recuerdos ensima de mi.
Y las lagrimas insistían en salir a gritar lo que yo luchaba por callar... Y lo que callé durante siglos, el corazón se me deformaba... Si acaso algo de ese organo me quedaba.

Tomé fuerzas, ya no podía seguir siendo tan ridícula de estar sufriendo por algo que había sucedido hace dos siglos atrás. Aunque jamás me habia dado el permiso para sufrirlo, y luego dejarlo ir.
Me levanté lentamente y haciendo uso de mi velocidad estuve junto a Elena en un dos por tres.
- Entonces, comprendo cual puede ser tu situación o quizás no. - Murmuré guiandolá hasta el sillón en donde anteriormente me había sentado. - Tranquila, no acabarás como Cristopher. - Quice hacer a modo de broma, aunque despues de decirlo noté que tenía menos tacto que un muerto.

- Mala broma.. - Murmuré mientras me sonreía de mi propia torpeza. - Creo que ya te he contado mucho de mí. Y tal vez necesite que me digas la verdad sobre lo que esta sucediendo en Mystic Fall's. Mira que yo tengo tiempo de sobre, eso bien lo has de saber. - Me apoyé en el escritorio. Y esperé pascientemente a que quiciera hablar.

Le escuché con atención... realmente se la traía bastante enredada, y podía comprender ahora porque tanto misterio hacia conmigo. Lo bueno era que habíamos podido llegar a una conversación coherente.

- Lo siento, Elena. - Sonreí sutilmente y mirando nuevamente la caja. - Te ayudaré en todo lo que pueda. - Susurré mientras mordisqueaba el lado interno de mis labios. - Creo que si quieres averiguar sobre todo eso vas a necesitar de la caja entera y quizás ver que mas podemos encontrar sobre los fundadores de la ciudad. - Accidentes automovilisticos... No habia duda que ella y yo, teníamos mucho de que hablar sobre ese tipo de desgracias.

- Puedes venir aqui cuando quieras. He intentaremos ver como hacemos para que alguien mas entre aqui. Ya sabes, mejor dicho algo mas. Por el momento, para estar seguras, llevate lo que tenemos... Aunque la caja esta pesada. - Reflexione de un momento a otro sin dar una pausa exclusiva para ello.

- Si esperas a que oscuresca te ayudaré a llevarla. - Pausé y la miré. - Quizás debes pensar que estoy hablando locuras, y que quien en su santo juicio vendría a una biblioteca. Pero, si se tomaron la molestia de descarriar mi coche. Se tomarán la molestia de incendiar este lugar si es necesario. - Y aquello no me parecia una broma, porque de cierta forma y llegado el punto yo tambien lo haría si no quiciera que averiguaran algo sobre mi.

Deje que revolviera a gusto mientras me mantenía con los brazos cruzados nada mas observando por encima del hombro todo el polvo, y los papeles que sacaba de alli. Hasta que sentí el olor añejo del pote que contenía la olorienta verbena. - Rayos, que nunca pierden ese inmundo aroma. - Comenté alejandomé del escritorio.

Me preguntó si acaso los vampiros nos atacabamos entre nosotros, algo bastante medieval y a lo que por cuatrocientos años me había dedicado a hacer. Me sentí algo avergonzada pero bajé la cabeza mirando mis zapatos para pensar como se lo explicaría... - Bueno a veces ocurre que si. - Levanto la mirada para encontrarme con la suya. - Sucede que somos libres de hacer lo que queremos y encuanto mas poder obtenemos mejor aún. - Negué inconcientemente desaprobando lo que había hecho hace siglos.

- La razón es simple, de un humano quitas una vida. Pero de un vampiro puedes sacar siglos de poder. - Le digo acentuando aquello, y sonriendo con cierta malicia pero al mismo tiempo con gracia. - Solo un vampiro avaro, sanguinario despiadado y bastante cavernicola haría algo asi. - Me reí por lo bajo sabiendo mi verdad. - Admito que durante mucho tiempo lo hice. Pero.- Me encogi de hombros como si hubiese simplemente perdido el interés en ello.

- El amor logra milagros. Lo extraño esque a mi no me mordieron. Quizás fue nada mas una forma de querer espantarme, o robarme un talismán para poder andar libremente... Lo que es mas probable y peligroso. - Deje entonces, el sarcasmo, la malicia y todo lo gracioso para otro día. Que algún desquiciado haya hecho todo aquello para lograr caminar bajo el sol realmente estaba desesperado.

Su tropezón logro sacarme una risa ahogada que me esforcé por disimular con un carraspeo. Aun asi seguramente había notado mi risita. Moví las cosas de lugar sobre el escritorio y me senté comodamente sobre el mientras obserbaba desde arriba una a una de las cosas que iba sacando. Tenía mas curiosidad por saber que buscaba que de averiguar algo mas por el momento. Despues de todo era ella ahora mi libro abierto.

Sacó una foto de un joven bastante apuesto, y se sonrio dulcemente. Aquello me decía todo, ese era su amor y me causaba gracia su situacion de ver fotos del año de quien sabe cuando. - Llevatelas de recuerdo... Digo. - Me encogí de hombros cuando esta volteó para mostrarme una en particular. Fruncí el entrecejo apenas le presté atención a la imagen.
Tragué algo de saliva, ella aclaro que no era un vampiro lo que me sacó una risa un poco carrascosa. ¡Claro que no era un vampiro!, ya lo hubiese notado desde el momento en que había pisado la oficina... O eso creía.

- Ya veo... - Dije con un hilo de voz analizante y quedo. Vaya descubrimiento me había dado en ese momento, la muchacha era un clon exacto de la mujer que estaba en el retrato. - Esta mujer debe tener un grave problema. - Me dije sonriendomé con malicia. - Si sabes que ella es un vampiro, entonces he de suponer que ya la conoces... y de cerca. - Aquello se me hacia muy interesante, en mis siglos había leído varias cosas que consideraba una idiotes pero esa era la prueba de que no eran ninguna idiotes.

- Si la veo, te lo haré saber... Pero, ¿acaso ella es una Salvatore? - Releí la etiqueta de la caja, quizás solamente se la habia visto relacionada con los... Oh my god!, cuantas cosas podría imaginar antes de que la joven me contestara. ¿Acaso ella habia convertido a Stefan? o ¿habia sido Damon?. Porque no me había dicho que tenía un hermano en todo caso ¿Eran primos?... ¿Adoptados?. Diantres, era demaciado. No pensaría mas. Me limitaría a oír la historia.

Preste atención a su historia, me era entretenido. Parecía una niña pequeña escuchando historias de su, ¿madre?. De cualquier forma me parecia muy importante interesarme en ello pues, si Stefan estaba en Mystic Fall's por ella y Damon... Tambien. ¡Que buen lio!.

Me sonreí algo incrédula por el nudo amoroso que se habia formado de la noche a la mañana. Ademas hacia apenas unas horas, no muchas. Ni siquiera aún un solo día que había conocido al fundador de la ciudad. O uno de los tantos. Porque al parecer la niña de los rizos que era identica a Elena tambien había estado alli para el gran acto.

- Elena.... Damon Salvatore. - Pregunté dudosa y casi con miedo por las palabras, pero no sabía exactamente porque. - Con el sádico te refieres a... ¿él? - Me sentía un poco extrañada y me senté junto a ella en la alfombra. Ya que si había sido la rizitos de chocolate quien había convertido a Stefan... quizás sería ella quien había transformado a Damon tambien. ¿Porque la idea no me estaba gustando?... Tomé las fotografías y las miré de cerca, analizante. Con ese fuego en la mirada, casi detestando lo que miraba.

- Ademas... - Dije sin separar del todo la vista de las fotos, mientras enredaba mis finos dedos en mi cabello, tironeando un poco... Recordaba palabra por palabra la charla con aquel vampiro. - No... - No estaba segura, pero de lo que había conocido de Damon, no había sido exactamente lo sádico. Bueno quizás un poco pero, ¿para tanto?. Sería realmente él quien cargaba con la culpa de la cantidad de chupa-sangres se habían juntado en el pueblo... y con chupa sangre me referia a los intentos de vampiros. - ... Creo que. - Miré a Elena casi aterrorizada. - Hable con el culpable de todo el desastre hace menos de veinticuatro horas, compartí un cafe. Me reí y lo deje ir. - Ladée el rostro confundida. Pero, no podía ser asi, quizás Damon tenía toda la pinta de ser un picaflor. ¿Pero de crear vampiros para destruir un pueblo? ¿A que fines?... ¿Venganza de un amor pasado?, ¿De esa forma?. ¿De su hermano...?.

No era poco logico para mi... Aunque me había dicho que no tenía hermanos, entendia ahora las razones. Puesto que la razón era de carne, hueso camina en dos piernas y ademas era igualita a su.. ¿Antiguo amor?. - Bueno, no creo que sea él el culpable. - Determiné dejando la foto en el piso pero, mis ojos declaraban duda.

- No creo que haya volcado mi auto, haberme casi matado. Golpeado en la cabeza contra un arbol... Hurtado mi anillo y despues irse para encontrarce conmigo en una cafeteria y tomar cafe junto conmigo como si nada... - Mis ojos se posaron en los de Elena, buscaba una respuesta que avalara lo que decía pero, dudaba obtenerla. - Ademas, ¿Para que querria el mi anillo?, si yo misma vi que ya tiene uno. - Pensé en voz alta.

Miré la fotografía de la ricitos de chocolate, tenía cara de ser una zorra con Zeta M-a-y-u-s-c-u-l-a... Fruncí el entrecejo. - Y si... - Apunté a la imagen haciendo nuevas conjeturas. - ¿Y si a vuelto?. Es decir, Stefan y Damon fueron "suyos" en un principio... Y de repente tu apareces de la nada, Stefan se queda contigo. Se viene detras el sádico del hermano... Y te apuesto a que esta en ascuas. - Me reí algo gozoza por la telenovela que había armado

Observé su gesto a observarme, obviamente parecía conocer mucho mejor a Damon que yo... Que apenas habia compartido una mesa y un café. Pero, algo me decía que no era tan catastrófico como precia ser.
Quizás porque yo tambien lo era pero para ocultar una realidad que me molestaba a mi misma.

Pero, creí que moriria en el instante despues que la ví tan blanca... Incluso me mire a mi misma, mi piel para dar comparación... no había punto el cual comparar, ¿estaba mas palida que yo?.. o ¿solamente era el contraste de haberla visto con mas tono en la piel?. - El... - No alcancé a decir cuando hablo lo suficientemente alto como para que yo la escuchase hasta el otro lado del establecimiento. Entrecerré un poco los ojos como si me hubiese intimidado con su expresión.

Pero, para darle gracia a la situación rasqué un poco mi oído mientras me sonreí con algo de sarcasmo. - Creo que hasta ella podría haberte escuchado. - Le sonreí. - Relajate... - Dije de manera despreocupada... Aunque sentía que realmente le preocupaba la presencia de esa cosa en el pueblo. - Mira los vampiros no nos andamos con muchas vueltas. Si esta aqui y hubiese querido acabar contigo... Ya simplemente lo hubiera hecho. - Terminé de decir intentando que sirviera de consuelo, pero la realidad esque contaba con muy poco tacto.

- Y encuanto a Damon, no te preocupes por mí. Tengo muchos años mas de experiencia que el. Y esta fecha. - Dije levantando la foto en la que aparecía el joven Salvatore. - Lo dice.. - miré la foto sin poder ocultar la sonrisa medio burlona, el jopín en su cabello, aquellos rulos me hacian bastante gracia, habia olvidado lo ridiculo que vestiamos algunos siglos atrás. - Por cierto me la dejaré... Solo por si algún dia quiero humillarlo. - Me reí por lo bajo, mientras llevaba la imagen a uno de los cajones del escritorio que poseía cerrojo, lo abrí con las llaves que estaban encima del escritorio y lo volvi a cerrar. Nadie, pero definitivamente nadie. debía ver esas fotos...

Miré a Elena, ahora si comenzaba a preocuparme su situación - ¿Que harás ahora despues de descubrir el turbio pasado?. - Me acerqué y me inque, puesto de lo que ella decidiera, es lo que yo tambien podría hacer.

La escuché, pues si... Tenía razón, no era mas que una simple humana rodeada por una amiga bruja, un novio vampiro, otro cuñado vampiro y ahora una nueva amiga tambien vampiro... ¿Me estaba cargando?, claro que estaría mucho mas que protegida con todo los que la rodeabamos.

Su pregunta hizo que se me frunciera el entrecejo de manera instantanea. ¿Acaso estaba pensando transformarce?. Era una locura, y de nada le serviría aún seguiría siendo mas debil que rizitos de chocolate. - Mira Elena... - Comencé a explicarle de manera tranquila, como lo harían los padres con sus hijos, suponía yo. - Si bien lo que me dices no es errado, no te servirá de nada. - Pero, no podía dejar las cosas alli, tendría que entrar en detalles.

- A medida que pasan los años y segun la dieta de un vampiro, ya sabes... Humanos, animales o hasta incluso otros vampiros. Es la fuerza que poseera. - Pausé, quería que lo entendiera perfectamente. - Sería una grave perdida para ti, que con tu edad decidieras transformarte en un intento desesperado por salvarte de la muerte. Quiero decir, sera en vano, ella tiene mas años que tú... No tendrías muchas oportunidades si así se lo dispone. - Fruncí los labios, he intentando darle un aliento proseguí.

- Ademas, estas rodeada por gente que te protejera, Stefan, Damon, tu amiga Bonnie... Yo. - Dije añadiendomé a su lista. - Tengo habilidades que podrían ser útiles... Nada mas debo conseguir otro talismán. - Dije algo pensativa. - Veré si logro convencer a Bonnie. - Me encogí de hombros sonriendo con simpatía.

Se me hacia que la chica estaba al borde de un colapso nervioso, asique guarde silencio hasta que termino de descargarce, lo que finalizó con un patadon a la caja polvorienta de los ante pasado de quien sabe que personas.
Realmente estaba preocupada por todas sus allegados, ¿Cuando habia estado yo tan preocupada por los demas?... Simple, jamás. Pero, si una vez me habia enamorado al punto que hubiese querido dejar de existir con tal de que él hubiese podido seguir con vida.
Bajé la mirada al piso, lo que ella queria no era vida, y no lo reconocería hasta que lo padeciera. No era Stefan pero, podría saber especificamente que sentiria si acaso perdiera a Elena, teniendo que ser que él mismo tenía "vida" a cataratas. Todo eso producia una necesidad infinita de intentar traspasar la eternidad a esa persona especial. Pero, que error se volvia.

- Intenta relajarte. - Dije sin pensar demaciado, si lo hacia quizás me volaria la cabeza. Si acaso yo la trasnformaba sabía que Stefan terminaría por odiarme, claro que si. - Se que a veces dicen... Si no lo hago yo, no sale como yo quiero. - Me mordí el labio sabia por dentro que se preguntaria qu mierda queria decir con eso. - Pero, creo que... Para eso estoy yo. - Dije algo dudosa, ¿realmente estaba segura de jugarme contra quien sabe cuantos vampiros?. Pues, podría ser una cazeria aventurada, una forma de invertir nuevamente mi existencia y volver a ser el ser insentimental que jamás habia conocido a Cristopher LaRouse, o morir en el intento y finalmente dejar de caminar sin sentido. Cualquier de las dos cosas podía ser benéfica.

- Espera un tiempo, te verás joven al menos hasta los veinticinco años. - Comenté encogiendomé de hombros. - Pero, no pelees en una lucho que pueden pelear los demás por tí. - Dije ladeando mi cabeza un poco, pues era verdad, que necesidad tenía ella de convertirce en sto si habíamos tantos. - Asique no me iré, este o no el asesino de Cristopher aqui. - Me sonreí de lado y finalmente mi rostro demostraba alegria por doquier.

- Y te agradecería mucho que me consigas un talismán. - En eso guardé silencio, mientras tomaba mis rodillas para hacercarlas a mi pecho. Quería cambiar de tema ábilmente, y lo haría... - Creo que me gusta Damon. - Comenté a una velocidad relámpago mientras me reía tirandomé de espaldas sobre la alfombra.